Cien hombres ni uno más
Despierta pequeño holgazán,
las cuatro y media, no está mal,
Tomás Ventura fuera está,
es tu padre y manda y tú a callar.
El mes de agosto asoma ya,
el pueblo duerme natural,
un par de horas poco más,
la Tramontana aparecerá.
Salen de puerto agazapadas
las barcas tan desordenadas,
cien hombres de edad avanzada,
cien hombres con la piel quemada.
Me llamo Juan, no sé nadar,
soy marinero por no estar
vendiendo coca en la ciudad
viendo a la pasma patrullar.
Tu cara me suena chaval,
tus ojos verdes la señal,
tú debes ser el Sebastià,
hijo del jefe y capitán.
Ay, ay, ay, cien hombres ni uno más,
Ay, ay, ay, pescando el calamar,
Ay, ay, ay, soñando un carnaval,
Ay, ay, ay, coco y maracuyá,
Ay, ay, ay, son barcas de metal,
Ay, ay, ay, llenas de humanidad,
Ay, ay, ay, soñando un festival,
Ay, ay, ay, con cien putas y champán.
El pueblo cambia, qué más da,
turista guapo sin maquillar,
las pijas de la gran ciudad,
niñas, mamás, todas igual.
"El nano a terra voldria estar,
l'adolescència passejar."
La rubia sueca seducir,
su ex novia ya decapitada.
Me llamo Fred, hola qué tal,
soy hondureño, ¿cómo estás?
Pasé la infancia en altamar
y ya ves tú, todo sigue igual.
Writer/s: Nacho Umbert