51 Festival Nacional de Doma y Folclore de Jesús María 2016
Segunda noche de Jesús María: clásicos en distintos formatos
Con las actuaciones de Los 4 de Córdoba, Los Alonsitos y Los Nocheros, la segunda noche del Festival de Doma y Folklore tuvo momentos destacados y un buen marco de público.
Con las actuaciones de Los 4 de Córdoba, Los Alonsitos y Los Nocheros, la segunda noche del Festival de Doma y Folklore tuvo momentos destacados y un buen marco de público.
Los 4 de Córdoba.
© Paul Amiune
Que lo clásico y tradicional no debe ser estático es una regla que en el folklore no siempre tiene muchos adeptos. De hecho en los últimos tiempos los debates sobre las fusiones de diversos ritmos con el sonido telúrico están a la orden del día, gracias a los que no se permiten escuchar más allá de las formas tradicionales. Pero también existe la necesidad de que perduren algunos sonidos puros, como la guitarra y el bombo despojados de cualquier elemento. ¿Cuál es la manera de que lo clásico genere expectativa?
Entre los que siempre se renuevan sin perder la esencia, están Los 4 de Córdoba. Más de cuarenta años de recorrer caminos no fueron en vano y Víctor Hugo Godoy y sus muchachos manejan a la perfección estas cuestiones de innovar. Suben a los escenarios con atuendo gaucho, con postura de cantor tradicional, pero se permiten algunos guiños, algún sonido que les imprime la juventud de Lionel Pacheco y la mente abierta de los tres integrantes históricos (Choya, Meco y Víctor); como juntarse con cuarteteros para demostrar que Córdoba tiene su música, o presentar espectáculos integrales como el de la segunda noche del festival de folklore. En Jesús María, "los 4 de acá" (como les dice Doña Jovita), son número fijo y estelares. No hay edición en la que falten, donde la gente celebre sus canciones y ellos terminen emocionándose por el recibimiento. Son cuarenta años de camino, que los reconoce y en el que se reconocen.
En la edición 51, llegaron con una propuesta que —probablemente— sea un hito de este año. Con el espectáculo Córdoba La Docta, los músicos ofrecieron sus clásicos mientras una multitud de bailarines (1300, de cinco provincias y siete localidades cordobesas conformadas en el ballet Juan Saavedra dirigido por) …… uniformemente vestidos de blanco y negro, colmaron el campo de la jineteada moviéndose al ritmo de Pateando Sapos, De Alberdi, Somos Fiesteros, Córdoba va, La Jota, Córdoba me llama, mientras las tribunas (ocupadas en un 80 por ciento a esta altura de la noche) estallaban en ovaciones. El impacto del ballet y la emoción de escuchar a estos cantores tan queridos le imprimió a la segunda noche de Jesús María el ritmo y la emoción necesarios para calentar el ambiente, que seguiría con más buenos momentos.
Nacho Prado y Daniel Campos tuvieron a cargo la apertura, donde ya se vislumbraba desde temprano una convocatoria mejor que la del día anterior y, aunque el cielo plomizo y el pronóstico amenazaban con aguar de nuevo la fiesta (algo que finalmente no sucedió), seguía llegando gente aún cerca de la medianoche. El dúo conformado por los cantores de voz potente, hizo un recorrido por el repertorio propio y homenajeó como siempre a los Cantores del Alba, invitando a un niña salteña, Abril Cruz a cantar una versión de la zamba Balderrama de Castilla y Leguizamón, presentada nada menos que por Rolando Soria, el locutor del histórico boliche salteño.
Previo al comienzo del horario televisivo, actuaron Jaqueline Zárate, Cautivos y Clave 55, conjunto ganador del certamen pre Jesús María que organizó hace unos meses la peña cordobesa El Aljibe. En horario central María Luz, Los del Suquía, y Alma de luna completaron la grilla
Los Alonsitos que estaban programados para la jornada de apertura y no pudieron presentarse debido a la tormenta que se desató mientras actuaba Pedro Aznar, recorrieron clásicos de su discografía (Un Chamamé y un Carnaval, Ay Amor, Todo el mundo a cantar, Mi Luna Azul)y de la música del litoral (Forastero del Iberá, El Toro), apostando a las buenas voces de los hermanos Marcelo y Marco Roselli, José Martín Rodríguez, y el virtuoso acordeonista Ariel Báez, y una comunicación fluida con el público, que en 50 minutos de actuación le dio brillo y calidad a la noche que todavía tenía más con Los Nocheros.
La responsabilidad de la que hablaba Kike Teruel minutos antes del concierto en la sala de prensa, fue demostrada una vez más sobre el escenario Martín Fierro en la noche jesusmariense. Es que Los Nocheros están a punto de cumplir 30 años con la música, y —no hace falta decir— que hoy son el producto original de buena parte del folklore comercial que se escucha en los festivales y que se reconoce en este cuarteto de salteños formado por Mario, Álvaro, y Kike Teruel y Rubén Ehizaguirre. Por eso ellos están en constante movimiento. Llegaron al escenario del festival con cuatro primeros temas de altísimos decibeles, apoyados en una poderosa banda. Luego vino el remanso con los clásicos románticos, donde la voz de Álvaro (que está cantando cada día mejor) perfectamente convive con la de Ehizaguirre generando muy buenos dúos, cada uno con su estilo. Esto, sumando las voces de los hermanos Teruel como apoyo y el intercambio de palabras de Mario con el público ("menos mal que seguimos siendo los mismos de siempre"), son parte del funcionamiento clásico del conjunto.
Hubo esos momentos donde la voz del menor del grupo sorprendió como en Zafiro y Puente Pexoa (parte del nuevo trabajo de Chamamé que hicieron junto a Los Alonsitos) mientras que Ehizaguirre imprimó su poderoso registro a versiones como Alfonsina y el mar, incluida en uno de los discos de la banda. También sonaron, entre otras A don Ata, Vino Nochero, Boquita de Luna, Ausencia, Vuela una Lágrima, Sin Principio ni Final y Materia Pendiente, ineludibles clásicos coreados por la platea.
Luego de algo más de una hora de actuación de los salteños, quedaba aún por disfrutar a Los Caldenes y bailar hasta la madrugada con los Dioses del Chamamé. La lluvia dio la tregua necesaria para eso suceda en Jesús María.
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