La tardecita


Bosteza un nido de hornero
que su dueño abandonó,
y en las paletas de un cerro
clava su espuela, muriendo el sol.

Viene la tristeza al alma
con la hora de la oración.
Le sobra cancera al cuerpo
y a mi pobre alma le falta amor.

Brilla la reja,
parte el terrón,
y yo me quedo pensando
que es tierra de otro la que aro yo.


Yo tengo una zamba triste
metida en el corazón,
tan triste como el lamento
que dice el viento en el cañadón.

Yo tengo una pena triste
que ñubla mi corazón,
tan triste como la zamba
que añuda mi alma en el diapasón.
Versión de Los Olimareños
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Zamba

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