Vuela, palomita (o Dieciséis de julio)
Vuela, palomita, ay sí,
de tu palomar, ay no,
hasta la ventana, ay sí,
de mi prenda amada, ay no.
Lucero del alba, ay sí,
estás alumbrando, ay no.
Escúchanos, padre, ay sí,
te estamos cantando, ay no.
Escúchanos, madre, ay sí,
te estamos cantando, ay no.
Dieciséis de julio, ay sí,
ya va amaneciendo, ay no;
toda La Tirana, ay sí, *
va resplandeciendo, ay no.
Versión de Isabel Parra:
Dieciséis de julio, ay sí,
ya va amaneciendo, ay no.
Por toda las calles, sí,
vas resplandeciendo, ay no.
Reluciente el cielo, ay sí,
descubre su manto, ay no.
porque en este día, sí,
celebran tu santo, ay no.
Lucero brillante, ay sí,
me estás alumbrando, ay no.
Escúchanos, madre, ay sí,
te estamos cantando, ay no.
Versión de Ángel Parra:
Dieciséis de julio, ay sí,
ya va amaneciendo, ay no.
Por toda la tierra, ay sí,
va resplandeciendo, ay no.
Reluciente aurora, ay sí,
descubre su manto, ay no.
Escúchanos, madre, ay sí,
te estamos cantando, ay no.
Lucero del alba, ay sí,
me estás alumbrando, ay no.
Escúchanos, madre, ay sí,
te estamos cantando, ay no.
* En Violeta Parra en Ginebra: «en toda la tierra, ay sí».
En Violeta Parra en Ginebra se omite la segunda estrofa y se presenta la canción con el siguiente relato:
«Avec la civilisation la femme chilienne elle perd ces traditions. Là-bas il y a pas de costumes pour les femmes, malgré ça il y a des endroits que les femmes, elles prennent des habits un petit peu comme ça. Mais, ça, c’est un… c’est une robe vraiment à moi, parce que c’est maman qui l’a fait, et tel comme elle faisait mes habits quand j’étais très petite. Maman elle était pauvre, elle devait habiller dix enfants, alors ça c’était dur et le couturier il gardait tous les morceaux, les petits morceaux de chiffon, et c’était moi qui portait toujours des robes de mille couleurs».
(«Con la civilización la mujer chilena pierde estas tradiciones. Allá no hay trajes para mujeres, sin embargo hay lugares donde las mujeres llevan ropa más o menos de este estilo. Pero este es un vestido verdaderamente para mí, porque lo ha hecho mi mamá, tal como hacía mi ropa cuando yo era muy pequeña. Mamá era pobre, tenía que vestir a diez niños, así que era difícil; el sastre le guardaba todos los retales, todos los trocitos de tela, por eso yo siempre llevaba trajes de mil colores»).
Texto anotado por Violeta Parra en el pueblo La Tirana, de la Pampa del Tamarugal, Iquique, donde anualmente el 16 de julio comienzan las fiestas en las que durante tres días se celebra la Virgen del Carmen.
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