Décimas (31): Esto me da un pensamiento (o Presente de su familia)


Presente de su familia
lloraba un día mi mama,
contando de que las llamas
la están dejando en la ruina.
En fiestas de tomatina
mi taita vende la tierra,
con lo que se arma la guerra
en medio del pasadizo.
Le exigen los compromisos
qu’él les firmó entre botellas.

D’esta manera tan vil
le rapiñaron la herencia.
¡Danos, Señor, la paciencia
para este plazo cumplir!
La ruta debe seguir
aunque la rueda esté suelta,
vaya sin eje o envuelta:
cúmplase lo que está escrito.
Es el destino maldito
y no hay más que darle vuelta.

Celebro que fuer’ así,
porque de un’ otra manera
yo hubiera sido ternera
sin leche que dar aquí.
Si es cierto que yo sufrí,
eso me fue encañonando,
más tarde me fue emplumando
como zorzala cantora,
hoy pájara voladora
que no la para ni el diablo.

Esto me da un pensamiento,
voy a dejarlo estampado:
que no hay mejor noviciado
qu’el llanto y el sufrimiento.
Aquel que busca talento
entre canasta y poquer,
entre caballo y mujer,
lo digo con arrogancia,
que son mantequilla rancia
y apercancado pastel.

Con esto digo el decir
qu’en toda la sociedad
que rige en esta ciudad
hay poco para elegir.
Algunos d’entre los mil
cargan preciosas antenas,
y corre sangre en sus venas
que vale mucho caudal.
Pero en balance total,
no suman cuatro docenas.
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