Décimas (49): Acario, huaso chileno


Acario, huaso chileno,
recién casado el muchacho,
flaco, alto, sombrero gacho,
pálido, triste y sereno,
trabaja de enero a enero
de sol a sol como buey;
a mí me parece un rey
de la labranza y la trilla.
Por cada saco ’e semilla,
Acario cosecha cien.

De la familia Contrera’
la Peta era solterona.
Benhaiga la zapallona
pa’ tonta y pa’ lisonjera,
pa’ ardilla y pa’ zalamera,
lengua de loro imprudente,
le baila la placa e’ dientes
hablando de su casorio;
y en este fatal velorio
cayó aquel pobre inocente.

Hay cosas en este mundo
tan faltas de explicación,
que causan meditación
o pensamientos profundos.
Acario, niño segundo
de su mamá, era el más fino,
así como un querubino
que pueblan los anchos cielos.
¡En qué faltó aquel chicuelo
pa’ dar aquel remolino!

Volvía de un novenario
pelando una gran naranja,
cuand’ oigo dentro ’e una zanja
la voz del prudente Acario.
Decía qu’es un calvario
«vivir con aquella indina
con sus feroces bolinas,
porque yo duermo en mi cama
pa’ hacerle pagar la infamia
de casarme en tomatina».

Viví tres años con ellos,
más bien parecieron seis;
tira vaca, tira buey,
se lo pasó este camello.
No le dejó ni el cabello
que faltas no le sacó,
la vida se l’amargó
como una fiera sangrienta
aquella tonta murienta,
hasta que el pobre murió.
Idiomas

Esta canción aparece en la discografía de
LO + LEÍDO