Nunca más estar triste


te traeré
la lluvia encerrada en un beso de cielo
y así sin mojarte la miras llover
el agua que guarda la reina de Hungría
la breve promesa del amanecer

te traeré
la grata sorpresa del día en que naciste
las causas perdidas el aire del sur
los limpios paisajes que tanto quisiste
la base secreta de todo el azul

y nunca más estar triste

te traeré
el sol que no quema la paz de los libros
los ojos profundos del frío polar
tormentas en calma la risa de un hijo
la luz escondida en el fondo abisal

te traeré
el fuego que alumbra la llama que asiste
las calles de Praga la orilla del mar
la mano que ayuda la fe que resiste
la mente del niño que insiste en volar
y nunca más estar triste
Versión de Pedro Guerra
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La Bella Durmiente del Bosque (Perrault):
La buena vieja, muy confusa, pide socorro: vienen de todas partes, echan agua al rostro de la Princesa, la desabrochan, le dan golpecitos en las manos, le frotan las sienes con agua de la reina de Hungría*, pero nada la hacía volver en sí.
* Según la leyenda, un ángel disfrazado de ermitaño enseñó a Santa Isabel de Hungría la receta de este agua: vino y flor de romero. Estaba indicada contra un sinfín de dolencias, incluso contra la tristeza.

Esta canción aparece en la discografía de
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