No es honesto quien no es feliz


A la sombra de los tilos
hay un rincón muy fresco.
Para ir a ganar dinero,
los maridos han partido.
Los maridos son cabrones sin entrañas...
Siempre es un buen momento para ponerles los cuernos.

¡Venga!
Deja tu saco lleno de buena educación
en un rincón de la bodega.
Tira la llave de tu honor
a la charca de las ranas.

¡Venga!
Cuando el buen tiempo lleno de ternura
nos lame como una llama encendida,
no es honesto quien no es feliz.

Mira el viento, el viento de opereta
¡Ah, que inteligente es
cuando, para tocar las narices,
hace caer los tiestos sobre las cabezas de los policías!
¡Venga, va!
Saltemos al cuello de la golondrina:
puede ir hacia la derecha o hacia la izquierda
pero nos lleva lejos de la moral.

¡Venga!
Si vemos sobre una cabeza de idiota
un sombrero, puedes jugar a pelota
con él, en cuanto lo haya hecho
caer de una pedrada.

¡Venga!
Si un coche de rueda canalla
aplasta las flores, coge una navaja:
y reventémosla con amor.

Si un guardia forestal nos pega una bronca
gritando como un cerdo,
le diremos “¡a la mierda!”
o tal vez le colguemos de la rama de un pino.

¡Venga, va!
Si unas frutas maduras cuelgan de la pared
de algún payés, su futuro
nosotros lo decidiremos.
.
¡Venga!
No hay agujeros en mis calcetines
y hay poco dinero en mi banco....
No tengo cuenta corriente, a diferencia
del burro de tu marido. .

¡Venga!
No te tomaré por una criada,
y no te obligaré a hacer la colada
ni a ir a la cama si no te apetece..

Y cuando vuelva de su viaje
tu cornudo comprenderá
qué desventajas
tiene el amor sellado por el Estado.

¡Venga, va!
Para nosotros, la fortuna
crea al mediodía claros de luna
y a medianoche hace salir el sol.
Versión de Georges Brassens
Versión de Miquel Pujadó
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Esta canción aparece en la discografía de
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