El esperar doliente


No ha venido la amada ni vendrá todavía,
no han llegado las manos que debían llegar.
Y para cuando llegue florecerán los días
alumbrando la suave dulcedumbre de amar...

Y todos los dolores se apagarán. La Luna
saldrá mucho más bella tras el monte ideal,
la mirarán los ojos extasiados de una
comunión de sentires alta y espiritual.

No ha venido la amada ni vendrá todavía,
pero, mientras que llega, vivamos la alegría
de tener en la vida una esperanza más.

Ahora por encima de dudas y temores
y engañando la herida de los viejos dolores
esperemos la amada que no vendrá jamás.
Versión de Francisco Villa
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Esta canción aparece en la discografía de
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