Dama de una noche


Pudo ser el vino y la melancolía
que me empujaron hacia ti en aquel café,
tu estabas escribiendo no se que,
llovía y te miré,
manojo de tirabuzones pálidos
al poco nos buscábamos los dos
esperar y hacer como si nada
y por que no, si nadie me esperaba.

Dama de una noche,
el cielo se me abrió
deja que te cante
quien te halló
sin otro puerto que tú
sin otro ahora que tú,
sin más desierto que yo.


Casi sin querer salimos a la calle
había todo un siglo por recuperar,
las gentes no se encuentran por azar.
Metí la llave,
que liberó
de nuestros cuerpos pajaritas de papel
amándose en las sombras del hotel
clareó
y todas se murieron.
Mira Juan, yo vine por dinero.

Dama de la noche,
la noche te engañó
deja que te cante
quien te amó
sin otra idea que tú,
sin otra prisa que tú,
sin más regreso que yo.
ba, dara, dara...

(1980)

Versión de Joan Baptista Humet
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Esta canción aparece en la discografía de
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