Crítica discográfica

«Cirquelectric». Javi Ruibal, Daniel Escortell y José Recacha («Glazz»), o ¡Alehop! la música y la fantasía al poder.

por Fernando G. Lucini el 17/05/2012 

Hoy al inicio de este artículo me viene a la memoria una ocasión en la que el señor Rajoy —en la actualidad Presidente del Gobierno español— dirigiéndose al señor Zapatero —anterior Presidente y a su política le dijo: «Esto parece un circo y no tiene ninguna gracia»

José Recacha, Daniel Escortell y Javi Ruibal: Glazz.

Ilustración tomada del libreto del CD de Glazz «Cirquelectric».

© David Rendo

Ilustración tomada del libreto del CD de Glazz «Cirquelectric».

© David Rendo

Ilustración tomada del libreto del CD de Glazz «Cirquelectric».

© David Rendo

Lo recuerdo muy bien porque el día en que se lo escuché decir en el Congreso de los Diputados, me sentí indignado, no por cuestiones políticas, ¡no!, sino porque yo amo el mundo del "circo", admiro mucho a las personas que trabajan en él, me parece un espectáculo fascinante, y, en consecuencia, no se merece expresiones tan despectivas y desafortunadas en la "bocaza" de ningún político. (Por cierto, lo que tampoco tiene ninguna gracia es lo que está haciendo ahora el señor Rajoy; no solamente no tiene gracia, ¡es que es pa'echarse a llorar!).

¡Pues sí!, yo desde pequeño amo el circo; es un espectáculo por el que siento una irresistible atracción. Conforme me he ido haciendo mayor y he podido ir conociendo, un poco mejor, todo lo que supone y conlleva el mundo cirquense, más me ha atraído. Para mi el circo es imaginación, fantasía, color, riesgo, magia, superación, asombro, ilusión, vértigo, trabajo —a veces muy duro—, esfuerzo compartido, belleza... ¡y qué se yo!...; todo un conjunto de valores, de sentimientos y de experiencias que ya quisiera para si la política y los políticos del signo que sean. (Tal vez con lo único que yo relacionaría la política con el circo sería en lo que puede acontecer dentro de la jaula de los leones; pobres leones enjaulados y atemorizados por el poder domesticador del "dinero" y por los látigos que utilizan, sin ningún pudor, los modernos domadores de la democracia).

Y todo esto que acabo de expresar, viene a cuento, y tiene que ver, con un disco que he escuchado recientemente y que evidentemente, por lo que hasta aquí he escrito, me ha resultado muy inspirador...; inspirador ¡sí!... pero sobre todo relajante y muy hermoso; uno de esos discos que uno anota en el listado de potenciales y necesarios regalos a tener en cuenta, pa'cuando haga falta.

Ese disco es el segundo CD, titulado Cirquelectric, grabado por el grupo "Glazz" —del El Puerto de Santa María (Cádiz)—, integrado por Javi Ruibal (batería) —su creador—, Daniel Escortell (bajo) y José Recacha (guitarra).

Cirquelectric es una obra que surge inspirada en el universo cirquense y que, de alguna forma, recoge musicalmente las características de ese universo. La componen 22 composiciones —la mayoría de ellas instrumentales— que se desarrollan navegando entre un desbordamiento de la imaginación —cuajado de proyecciones fantásticas—, y unos planteamientos descriptivos absolutamente brillantes; auténticas metáforas-musicales del mundo del circo que comprenden desde el montaje de la carpa al desfile de trapecistas, payasos, domadores, saltimbanquis, saltos mortales, forzudos, magos, hipnotizadores e incluso un hombre bala.

Cirquelectric, por otra parte, navegando por las sonoridades del jazz, del rock, de las músicas étnicas, del funk, y de lo que les sale del alma a Javi, Daniel y José, hacen eso que se suele llamar "fusión" y que a mi me gusta considerar como "música en libertad", es decir, aquello que libremente les pueden ir sugiriendo a sus creadores como resultado del encuentro con sus raíces, con sus identidades sonoras y, sobre todo, con sus pasiones musicales. (Impresionante, por poner un ejemplo, lo que Javi Ruibal es capaz de hacer con su batería; sonoridades imposibles sin su sensibilidad y sin su sabiduría musical... ¡Gran músico, ¡maestro!... y cuanta música llevas en el alma!).

Y volviendo sobre el mundo del circo, y sus valores y atractivos, he de decir que escuchando Cirquelectric me he encontrado con muchos de ellos, prácticamente todos aquellos que enumeraba al principio del artículo. En este nuevo trabajo de Glazz —el primero se tituló Let's Glazz (2008)— hay imaginación, fantasía, color, riesgo, magia, asombro, ilusión, vértigo, trabajo, esfuerzo compartido, belleza...; y un necesario y hoy imprescindible valor añadido: se transpira una esperanza contagiosa y una clara incitación a soñar, a volar, a demostrar —como diría Pablo Guerrero— que "los sueño son posibles"; dimensión que en Cirquelectric se manifiesta especialmente a través de sus dos temas cantados: El trapecista —letra de Pedro Perles, música de José Recacha y voz de Leda Tres y Glazz— y Alehop —magnífica letra de Javier Ruibal, música de José Recacha y voces de Miguel Ríos y Glazz—.

«Gritan alehop, ya puedes alzar el vuelo

eres el mejor para acariciar el cielo.

Gritan alehop, y repartes tu alegría,

subir y subir, más difícil todavía.

Ya pasa ángel del trapecio,

de un triple mortal y medio

y voilà, conseguido está.

Palmas para el rey, para el pequeño gigante,

palmas y veréis su vuelo más elegante.

Ya pasa ángel del trapecio,

de un triple mortal y medio

y sin red, ya lo van a ver.

Gritan alehop, ya puedes alzar el vuelo

eres el mejor para acariciar el cielo.

El alma en vilo, y para ti es un baile,

un bello juego al fin, un desafío al aire,

un aleteo de tus alas invisibles,

Gritan alehop, no hay nada imposible,

llévame prendido en tu acrobacia,

llévame, súbeme, y seré testigo de tu gracia.

Gritan alehop, más difícil todavía».

("Alehop")

¡ALEHOP!... Me gusta la recuperación cantada de esta palabra...; ¡sí!.. ¡Alehop! ¡y a vivir!... ¡Alehop! ¡y a hacer realidad otro mundo mejor y posible!... ¡Alehop! ¡y a disfrutar, a soñar, a volar!... Y que lo aprendan los políticos de la derecha, de la izquierda y del centro: ¡Alehop!, y a gobernar de una puñetera vez por la libertad, por la justicia y por la solidaridad...

«Gritan alehop, no hay nada imposible,

llévame prendido en tu acrobacia,

llévame, súbeme, y seré testigo de tu gracia.

Gritan alehop, más difícil todavía».

Para más disfrute del grupo "Glazz" y de la joya de disco que hoy he comentado ir a: www.glazzmusic.com

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