Fundada por Jorge Ball
El arte de la luthería tiene un taller-escuela en Venezuela
La construcción y restauración de instrumentos musicales es un arte que tiene reservado en el estado Portuguesa en Venezuela, en los llanos del país, un lugar para la formación de manos creadoras que dan vida a cuatros, arpas, guitarras, bandolas, mandolinas, maracas, charangos y violines.
La construcción y restauración de instrumentos musicales es un arte que tiene reservado en el estado Portuguesa en Venezuela, en los llanos del país, un lugar para la formación de manos creadoras que dan vida a cuatros, arpas, guitarras, bandolas, mandolinas, maracas, charangos y violines.
Taller-Escuela de Luthería Antonio Torrealba: Construyendo un cuatro.
Taller-Escuela de Luthería Antonio Torrealba: Construyendo un arpa.
AVN | Kariney Pimentel - Se trata del Taller-Escuela de Luthería Antonio Torrealba, un centro que desde hace 20 años se dedica a fabricar y a enseñar la confección de instrumentos musicales para contribuir con el rescate y la promoción de la música popular venezolana, así como con el estudio y la ejecución musical.
Bajo tutela de la Gobernación, esta institución oferta un plan gratuito de 16 meses de estudio para la construcción de instrumentos de cuerda y percusión.
De lunes a viernes, en horario corrido de 8:00 de la mañana a 1:00 de la tarde, jóvenes de 14 años en adelante, economistas, ingenieros y otros profesionales aprenden historia musical, métodos de trabajo y técnicas de medición, corte y procesamiento de "maderas acústicas".
Fundado en 1995 por el músico venezolano, maestro luthier y exintegrante del Inti-Illimani Jorge Ball, al Taller-Escuela de Luthería se le reconoce en Portuguesa por la calidad sonora de los instrumentos que allí se fabrican y por destinar su producción a la dotación de los centros públicos de formación musical que operan en la entidad.
Fabricar y ejecutar
La luthería se enseña en este centro a través de una pedagogía que combina teoría, técnica y práctica. Los aspectos teórico-musicales se cursan en dos semanas, y luego arranca un régimen trimestral para que "el alumno aprenda a elaborar y a ejecutar un instrumento en tres meses", indicó el director del taller-escuela, José Galíndez.
El plan de enseñanza empieza con un módulo dirigido a la fabricación de maracas. El estudiante dispone de tres meses para aprender a hacer y a tocar maracas, lo que le permite percibir y constatar la calidad del sonido.
"Termina con la maraca y empieza otro módulo de tres meses para aprender a fabricar y a ejecutar el cuatro", apuntó.
El cuatro es el instrumento que más se elabora en Portuguesa y, dada la gran demanda, el alumno del taller-escuela tiene que fabricar tres piezas en tres meses: el primero, con el docente al lado, aprendiendo la técnica, la teoría y la práctica a la vez; el segundo lo hacen entre los dos, pero con mayor participación del alumno; y el tercero lo elabora completamente el alumno, para ver si de verdad aprendió la técnica.
Esta metodología trimestral de "fabricar y ejecutar" se aplica para la enseñanza de cada instrumento, y, aunque en el taller-escuela no se imparte teoría musical, los alumnos pueden aprenderla justo en el piso de arriba, donde funciona la Escuela de Música Popular Pedro Miguel Fajardo, también adscrita a la Gobernación.
Producción para la educación musical
Los instrumentos que se elaboran en el Taller-Escuela de Luthería Antonio Torrealba no se comercializan. Casi en su totalidad quedan a la orden del Instituto de Cultura de Portuguesa, organismo que se encarga de distribuirlos entre escuelas comunitarias de iniciación cultural y centros públicos de formación musical.
"A los alumnos se les cede uno de los instrumentos que fabrican, y el resto va a proyectos educativos que potencian la atención y el quehacer cultural de niños, jóvenes y adultos", destacó Galíndez, quien dirige este centro desde hace cinco años y es un maestro luthier con 36 años de experiencia.
Además de construir y formar para la construcción de instrumentos, en este taller se restauran gratuitamente todos los instrumentos musicales de las instituciones públicas culturales que hacen vida en el estado.
"El servicio también se presta a clientes particulares, a un precio 20% por debajo del mercado privado, lo que nos permite generar ingresos propios para cubrir gastos de funcionamiento", apuntó.
Los insumos que se utilizan en este taller-escuela son suministrados por la Gobernación. Thinner, sellador, laca, cuerdas, clavijas y trastes se confunden con cedro, caoba, melina y teca, los tipos de madera que allí se utilizan con mayor frecuencia.
"Las usamos mucho porque las tenemos en nuestro territorio y producen sonido, pues no toda madera tiene sonido, y cuando se empieza a calibrar una tabla y no suena, hay que botarla porque no sirve", explicó Galíndez.
El taller cuenta con instrumentos manuales como serruchos de costilla, de bala y medio costilla, además de sierras cinta, circular de mano, de pie y fina, entre otras máquinas semi-industriales que son herramientas de corte.
Miguel Poveda hizo suyo el Gran Teatre del Liceu de Barcelona —uno de los grandes Teatros de la Ópera del mundo— en su concierto Distinto del 15 de Octubre, en el marco de la edición de 2025 del "Festival Jazz Barcelona".
El músico argentino Milo J lanza La vida era más corta, un álbum doble donde se cruzan el folklore argentino y los sonidos urbanos contemporáneos, en una obra que reúne a varias generaciones y cuenta con colaboraciones destacadas como las de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez.
La cantante y compositora catalana Joana de Diego lanza un trabajo que une poesía y música de raíz, con textos de Juan Gelman, Salvador Espriu, Josep Palau i Fabre y Alberto Szpumberg, y una fusión sonora que transita entre Argentina, Brasil y el Mediterráneo.
La compositora Antía Muíño y el pianista Abe Rábade —ambos gallegos— publican un doble single con forma de EP, donde se cruzan el folk, el jazz y el pop neoclásico como puente entre dos sensibilidades musicales que se conocen desde hace años.
El ícono del rock argentino y el exlíder de The Police unen voces en In the City, una colaboración inesperada y emotiva, grabada entre Buenos Aires y Miami. La canción, escrita por García y cantada a dúo con Sting, rescata el espíritu urbano y melódico de ambos artistas.