XXV Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur 2016
Los Ketama y Dibaté reviven la música que les unió hace 30 años
El grupo Ketama, formado por Antonio, Juan y José Miguel Carmona, ha revivido junto al músico africano Toumani Dibaté las canciones que les unieron y con las que 30 años después han vuelto a conquistar al público que anoche se reunió en el anfiteatro del pantano de Lanuza en el comienzo de Pirineos Sur.
El grupo Ketama, formado por Antonio, Juan y José Miguel Carmona, ha revivido junto al músico africano Toumani Dibaté las canciones que les unieron y con las que 30 años después han vuelto a conquistar al público que anoche se reunió en el anfiteatro del pantano de Lanuza en el comienzo de Pirineos Sur.
Los hermanos Juan (a la derecha) y José Miguel Carmona, del grupo Ketama, posan con el músico africano Toumani Dibaté, con el que han revivido las canciones que les unieron y con las que 30 años después han vuelto a conquistar al público que anoche se reunió en el anfiteatro del pantano de Lanuza en el comienzo de Pirineos Sur.
© EFE
EFE - Songhai, nombre del disco que estos músicos grabaron en 1998, convirtió la inauguración del Festival Pirineos Sur en una de sus noches históricas pues casi desde entonces no habían vuelto a interpretar en directo su mítico disco y clásicos como Vente pa Madrid, han informado a Efe fuentes de la organización.
En la actuación no escatimaron medios y rescataron al bajista Javier Colina, con el que trabajaron en Songhai 2, y apostaron por las voces de Kiki Cortiñas, descrito por los propios Carmona como una de las mejores promesas del flamenco.
Sorprendieron al arrancar con un tema de su segundo trabajo, Djamana Na Jana, que sirvió como toma de contacto y caldear una fría noche, y tras la que sonaron tres clásicos como son Jarabi, Mani Mani Kuru y la aplaudida y esperada Vente pa Madrid.
A pesar del tiempo transcurrido y de que los Carmona hacía 20 años que no se veían con Dibaté, las canciones, aseguran dichas fuentes, siguieron sonando "modernas, atractivas y valientes".
La banda, con coro de tres voces y dos percusionistas más el cajón, la guitarra y la cora, desplegó un sonido excelso y cálido y rehuyó de un volumen alto para ocultar carencias, apostando por los detalles y sutiles arreglos.
Para los bises se dejaron uno de los temas más preciosos que han compuesto y un valor seguro para el directo: África.
Y es que, como resaltó el director del festival, Luis Lles, en una rueda de prensa previa, Songhai es "más necesario que nunca. En tiempos en que la violencia hace acto de presencia por choque de culturas, es indispensable que surjan ejemplos como este. Discos que demuestran el lado positivo de las fusiones, de las ventajas de crear algo nuevo a partir de dos maneras de ver el mundo", espíritu con el que cada año se celebra este festival de las culturas y que los propios Ketama inauguraron en 1992.
Quien tuvo que enfrentarse a la complicada de tarea de poner en calor a un público aún frío fue Duquende, "un mero trámite para el cantaor" ya que al tercer tema más de medio anfiteatro estaba ya a las palmas.
Primero fue José Andrés Cortés quien salió al escenario con su guitarra, tan sólo acompañado de la maestría a las seis cuerdas por la que es aclamado; a quien a continuación se le unió Piraña a la percusión.
Duquende hizo aparición en el centro del escenario y pasión, dolor y devoción flotaron por el pantano de Lanuza, donde el golpe de efecto definitivo llegó con el espectacular baile de Farru.
Duquende continúo con un sentido pero sobrio homenaje a su maestro, Paco de Lucía, a quien, junto al resto de la banda, acompañó durante 18 años.
Tarantas, alegrías y tangos se sucedieron durante su intervención en la que tampoco hubo miedo a la hora de afrontar palos.
El legendario guitarrista actuó por última vez en Pirineos Sur hace dos años, poco antes de fallecer, pero Duquende, sin sobresaltos, ni artificios logró que su espíritu perdurara en el tiempo resonando entre las montañas que rodean al pantano.
El plato fuerte de esta noche serán los neoyorquinos Gogol Bordello, famosos por los aquelarres musicales que montan gracias a infalible mezcla de ritmos balcánicos, punk, ska y rock, y que llegan al festival por primera vez para conmemorar el décimo aniversario de su disco más exitoso Gypsy Punks.
Antes actuarán los franceses Artús, un icono de la música popular del sur de Francia y un ejemplo de que las músicas de raíz tradicional pueden resultar vanguardistas, que presentarán su quinto y último disco, Ors, un emocionante canto al oso pirenaico, en fase de desaparición.
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