Animalario
El ministro tiene un burro
que cuida con mucho esmero
y le habla, lo alimenta
y lo saca de paseo.
Es un pícaro pollino
que allá donde va sonríe,
embaucando a los vecinos,
para que todos confíen
y le allanen el camino.
Alguien grita que han pillado
a un asno haciéndose el listo
con las patas en el barro:
¡es el burro del ministro!
¡es el burro del ministro!
El banquero tiene un cerdo
que cuida con mucho esmero
y le habla, lo alimenta
y lo saca de paseo.
Es un mórbido marrano,
un completo tragaldabas,
come lo que tiene a mano
dejando un rastro de babas
tras ese cuerpo serrano.
Muchos dicen que, incluso,
se ha comido su dinero
y quieren hacer jamones
¡con el cerdo del banquero!
¡con el cerdo del banquero!
El general tiene un mono
que cuida con mucho esmero
y le habla, lo alimenta
y lo saca de paseo.
Es un mico tremebundo
que tiene muy malas pulgas
y te gruñe furibundo
si con su plan no comulgas
o con su visión del mundo.
Va del hombro a su cintura,
todo lo resuelve igual,
echa mano a la pistola
¡el mono del general!
¡el mono del general!
El obispo tiene un pájaro
que cuida con mucho esmero
y le habla, lo alimenta
y lo saca de paseo.
Pues resulta que el muy pillo
dentro de la sacristía
cuando cuentan el cepillo
se le escapa más de un día
y persigue al monaguillo.
Es un pájaro pequeño,
os lo juro, yo lo he visto,
¿quién le cortará las alas?
¡al pájaro del obispo!
¡al pájaro del obispo!
El monarca tiene un perro
que cuida con mucho esmero
y le habla, lo alimenta
y lo saca de paseo.
Un sabueso estilizado,
un lebrel de pura raza,
pero el can es algo vago
y cuando toca ir de caza
casi siempre está cansado.
Salta un corzo y disimula,
ve una liebre y se desmarca.
Todo el mundo está molesto
¡con el perro del monarca!,
¡con el perro del monarca!
Autor(es): Marc García Arnau