Déjame entrar
Con nuestras ganas de habitar donde el silencio,
Edifica lo vacío.
Luego canción,
Para dejarte otro mutismo ahora preñado,
Escogiendo tus olvidos.
Qué agonía tan sincera
Pretenderse primavera,
Aunque afuera otra estación quema...
Déjame entrar,
Déjame entrar,
Que la guitarra quiere soñar.
Vuelvo a arremeter
Sobre otra arista que quedó desafilada
Oxidada por el tiempo.
Debes saber,
Quizás alguna de estas voces tenga el verso
Que te reclama alma y cuerpo.
Anda boca no te calles,
Anda corazón palpita,
Mientras quede aliento grita…
Déjame, déjame,
que a la guitarra le hemos puesto un par de alas,
le hemos puesto nuestras ganas
y también el corazón.
Se enamoró de un tambor,
va delirando, va riendo, va llorando, va cantando,
va sufriendo por su amor.
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