Hechicera de mi vida
de este encuentro desafiante de utopías
no desaparezcas de mi lado nunca más
quédate entre mis brazos todavía.
Que el reloj pare su marcha de una vez
que las velas ardan y no se derritan
no dejes nunca de sembrar un te amaré
que el destino se rindió ante nuestras risas.
Y recorre la ciudad hechicera de mi vida
¿Qué inmóvil sábana cambió su condición
cuando hacemos el amor y la poesía?
Y recorres la ciudad hechicera de mi vida
se deshace la distancia más feroz
cuando hacemos el amor y la poesía.
Como añoro el dulce abismo de tu sal
los contornos que me das para mi vista
no te desnudes, pero desnúdame al hablar
quiero pensarte más allá de toda rima.
Pues resulta que hoy te busco sin saber
entre versos que dejaste en las caricias
ave fénix de mis ansias, de mi sed
no demores en volver de las cenizas.
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