De la canción de protesta
que la rebeldía que había se reformó
que vistió saco y corbata,
que trae su licenciatura
como nobiliario título, que ya se le pasó.
Que ha encontrado un sitio en donde renegaba,
convirtiéndose al final en lo que tanto protestó.
Que se piensa de la canción de protesta
que era inútil y al final se comprobó
que hoy no cuenta nada nuevo
que no está de moda y que ha quedado
allá con el pasado y con los sueños
que echó a andar.
Que es la suciedad de los años 60
que se acabaron los hippies
que esto, que otro y tanto más.
Que se canta y que revive viejas glorias
que se guarda con su estuche en un rincón
canto de contradicciones que empezaba en los demás
como todo lo que marcha para atrás.
Que la protesta es un engañamuchachos
que es para perder el tiempo y fantasear
que si es uno socialista y que otra vez
viene a joder con esos pobres
que no quieren trabajar.
Y que se ha hecho vieja esta calamidad.
Hace tiempo que se escuchan estas voces
de ese modo se han ganado su razón
con tantos malos ejemplos se diría que sus
informes son lo mismo y quien se acuerda
que llevaban dirección.
Que canciones y cantores se quejaban
de este mundo en que habitamos
por hacerlo algo mejor.
Cuando al imbécil le mostraron la luna,
sólo pudo ver el dedo del que se la señaló.
Yo no soy quién para subrayar que es cierto,
pero quien dijo esto lo hizo con la mejor intención.
Yo no sé cuántos se han valido en los fines
para aprovechar los medios y llevarse su porción.
Pero ocurre que cerramos los caminos
cuando a aquel que nos los muestra
va cambiado de opinión.
La verdad está en la nación que tenemos
para que hace tanta falta otra señal.
Si el malestar es de todos,
la protesta es la evidencia de lo sucio
que no se puede tapar.
Y si no, ¿cómo se aprende a caminar?
Que onda entonces con la canción de protesta
la he buscado y me encontré esta conclusión:
mientras diga lo que vea,
mientras tenga una opinión que levanto y que sostengo,
¿cómo aprendo a decir no?
Es natural en este sitio y estos tiempos,
que la protesta acompañe mi canción.
(1996)
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
La exposición Cómo diseñar una revolución: La vía chilena al diseño, que podrá verse en el Disseny Hub Barcelona del 2 de julio al 16 de noviembre de 2025, recupera a través de 250 piezas —incluyendo las portadas de discos de la Nueva Canción Chilena— el papel fundamental del diseño gráfico e industrial en el proyecto de transformación social impulsado por Salvador Allende.
El 22 de julio, más de una docena de artistas se reunirán en Barcelona para rendir tributo a Dioptria, la obra más emblemática de Pau Riba y una de las más referenciales para la Nova Canço. Con la implicación de sus hijos; De Mortimers, la banda que lo acompaño los últimos 20; y nombres como Maria del Mar Bonet, Roger Mas, Pascal Comelade, Oriol Tramvia o Rita Payés; el concierto se plantea como una celebración única de su legado.
Con nuevas mezclas de Steven Wilson y el concierto completo en el Carnegie Hall de 1970, Still Living in the Past amplía el histórico recopilatorio de Jethro Tull y ofrece una inmersión exhaustiva en su primera etapa, entre el blues, el folk y el rock progresivo.
Camila Guevara, joven artista cubana de 24 años nieta de Pablo Milanés y del Che Guevara, ha iniciado su carrera musical con el disco Dame flores, tras un año marcado por la pérdida de su madre, su abuelo y su padre, Camilo Guevara. A pesar del dolor, su voz y su música la han sostenido, componiendo desde emociones intensas y personales.