¡Taxi!
que nunca pasa nada.
Intentas ver la tele,
no dan más que bobadas.
Mi chica se fue,
se enfría el café
falló la quiniela otra vez.
Hay días que uno siente
que nunca pasa nada.
Le dices a tu sombra:
“¿Por qué eres tan pesada?”.
Ninguna emoción
altera el reloj
cansado de tu corazón.
Y gritas:
“¡Taxi!
¡Sáqueme de aquí! ¡No puedo,
no, no, seguir así!
¡Lléveme por la ruta de la paz
dirección prohibida sin parar hasta el mar”!.
Y gritas:
“¡Taxi!
¡Taxi!
¡Sáqueme de aquí!”.
Hay días que uno siente
que nunca pasa nada.
Los ojos del espejo
se burlan de tu cara.
Comprendes por qué
no hay nada que hacer,
te has puesto el jersey al revés.
Hay días que uno siente
que nunca pasa nada.
Se están llevando mucho
en esta temporada
tardes de un color
tirando al marrón,
lluvia que cae sin vocación.
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