Aquel tiempo de la Jazz Cava
fue el tiempo de mis quince años...
Te llevaba aquella escalera que no conducía a ningún averno,
sino a un pequeño paraíso, cálido como un claustro materno.
Unas bóvedas de ladrillos, un bar, el escenario, varios asientos...
un refugio donde te sentías al abrigo de los elementos.
Muy a menudo a media tarde bajaba por esos escalones
acompañado de chicas con las que hacía los borradores de mis besos.
No era extraño que al atardecer se montara alguna jam,
y aplaudía a los músicos jóvenes en el calor de una Voll-Damm.
Aquel tiempo de la Jazz Cava
fue el tiempo de mis quince años,
el tiempo de la nota azul,
tiempo de sueños y compañeros.
Ese tiempo de la Jazz Cava
me enseñó a improvisar
saltando de octava en octava
sobre un tema que la vida se empeñaba en solfear.
Allí descubría los discos de los grandes maestros del be-bop,
el ragtime, el blues y el dixie, y engullía trago a trago
Charlie Parker, John Coltrane, Grapelli, Satchmo, Jacques Loussier,
Billie Holiday, Chet Baker, Stan Getz, Sidney Bechet...
Fascinado y abierto de orejas, aprendía con emoción
el difícil equilibrio entre el juego y la ecuación,
y alternaba el Round Midnight y los solos de Thelonius Monk
con los duelos entre solistas, grandes partidas de ping-pong.
Las noches de concierto, un humo espeso iba llenando el refugio
mientras presentaba el acto como siempre Valentí Grau.
Allí vi a Johnny Griffin, a Joan Albert, a Gene «Mighty» Flea,
a Jordi Sabatés, a Joe Newman y a muchos más que no sé nombrar.
Guardo aún en la memoria los breaks de Adrià Font,
que eran ya de madrugada un antídoto para el sueño,
los dedos del gran Tete Montoliu bailando junto a mi nariz,
el órgano Hammond de Lou Bennet, la trompeta de Farràs...
Han ido pasando los años, o quizá soy yo quien ha pasado,
y el proyecto de varios locos ha quedado consolidado.
Ahora hay una nueva Cava, mucho mayor y sin humo,
y que el jazz llene las calles una vez al año es ya una costumbre.
Pero ese pequeño rincón puedo recordarlo palmo a palmo:
coloreó un tiempo gris que se resistía a desaparecer.
Allí cogí un virus del que nunca me he curado,
ese virus resistente que se llama Libertad.
(*) Canción dedicada a la Jazz Cava original de Terrassa, donde el autor, adolescente, descubrió el jazz y vio en directo a muchos grandes músicos, algunos de los cuales son nombrados en el texto.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
La cantante brasileña Vanessa de María regresa a la escena musical tras una pausa de 15 años con el proyecto Maestros, un disco dividido en dos volúmenes en el que rinde homenaje a las voces que marcaron su infancia y formación. El álbum cuenta con colaboraciones de artistas fundamentales de la canción latinoamericana como Silvio Rodríguez, Víctor Heredia, León Gieco, Teresa Parodi o Quilapayún.
El trovador cubano Silvio Rodríguez dará inicio a su próxima gira latinoamericana con una presentación pública y gratuita en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 19 de septiembre a las 19:00. El histórico enclave volverá a convertirse en escenario de la Nueva Trova, en un evento que marcará el punto de partida de una serie de conciertos por cinco países de América del Sur.
El festival La Mar de Músicas, organizado por el Ayuntamiento de Cartagena (España), ha anunciado que Ecuador será el país invitado de su 31ª edición, que se celebrará del 17 al 25 de julio de 2026. El anuncio se realizó durante el concierto de clausura de la edición 2025, en un acto simbólico que marcó el paso del testigo desde Corea del Sur al país andino.
El grupo chileno Estravagarios, heredero directo del legado musical de Quilapayún, lanza en formato físico (Digipack) el álbum Aquí estamos, esta vez bajo el título Estravagarios; Nous voici, 60 ans de ré-évolutions, una edición francesa que conmemora seis décadas de historia artística ininterrumpida.