Tu ángel de la guarda
Como el viejo farero
Que con linterna de fuego, contra el viento,
Barre la mar negra encendiendo
Las noches sin luna,
Advirtiendo a los barcos
Del peligro de los escollos afilados
Que acechan traidores escondidos,
Emboscados en la espuma.
Como el viejo farero
Que con linterna de fuego, contra el viento,
Barre la mar negra encendiendo
Las noches sin luna,
Yo tengo encendido un faro
Para llevarte a salvo donde halles amparo,
Para que no se te trague la mar
Y te respeten las olas.
No sea que la mar le dé miedo
A tu ángel de la guarda.
Como el guardabarrera
Del paso a nivel que, celoso,
Espera el tren que pasa veloz
Levantando polvareda
Y balanceando el farol
Agradece el silbato del amigo
Que por caminos de hierro y de noche
Huye sin mirar atrás.
Como el guardabarrera
Del paso a nivel que, celoso,
Espera el tren que pasa veloz
Levantando polvareda,
Vigilo con celo de amante
Que nada detenga tu camino franco
Y llegues sin tropiezo alguno
Donde la vida te espera.
No sea que el camino le dé miedo
A tu ángel de la guarda.
Como el sereno que
cargado con un manojo de llaves
velaba por el silencio y la paz
del barrio que dormía
y diligente acudía,
golpeando el chuzo, al reclamo
del vecino que daba palmas,
a abrir la portería.
Como el sereno que
Cargado con un manojo de llaves
Velaba por el silencio y la paz
Del barrio que dormía,
Piensa que siempre estoy.
A todas horas y en cualquier lugar.
Sólo llámame y lo dejaré todo
Para hacerte compañía.
No sea que la noche le dé miedo
A tu ángel de la guarda.
Que con linterna de fuego, contra el viento,
Barre la mar negra encendiendo
Las noches sin luna,
Advirtiendo a los barcos
Del peligro de los escollos afilados
Que acechan traidores escondidos,
Emboscados en la espuma.
Como el viejo farero
Que con linterna de fuego, contra el viento,
Barre la mar negra encendiendo
Las noches sin luna,
Yo tengo encendido un faro
Para llevarte a salvo donde halles amparo,
Para que no se te trague la mar
Y te respeten las olas.
No sea que la mar le dé miedo
A tu ángel de la guarda.
Como el guardabarrera
Del paso a nivel que, celoso,
Espera el tren que pasa veloz
Levantando polvareda
Y balanceando el farol
Agradece el silbato del amigo
Que por caminos de hierro y de noche
Huye sin mirar atrás.
Como el guardabarrera
Del paso a nivel que, celoso,
Espera el tren que pasa veloz
Levantando polvareda,
Vigilo con celo de amante
Que nada detenga tu camino franco
Y llegues sin tropiezo alguno
Donde la vida te espera.
No sea que el camino le dé miedo
A tu ángel de la guarda.
Como el sereno que
cargado con un manojo de llaves
velaba por el silencio y la paz
del barrio que dormía
y diligente acudía,
golpeando el chuzo, al reclamo
del vecino que daba palmas,
a abrir la portería.
Como el sereno que
Cargado con un manojo de llaves
Velaba por el silencio y la paz
Del barrio que dormía,
Piensa que siempre estoy.
A todas horas y en cualquier lugar.
Sólo llámame y lo dejaré todo
Para hacerte compañía.
No sea que la noche le dé miedo
A tu ángel de la guarda.
(2005)
Versión de Joan Manuel Serrat
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