Las cruces del olvido


A veces una ventana es un arma
o una salida a la vida
la única de las claridades
o la menor de las cobardías.

Mienten que la distancia es el olvido
que morir es partir un poco
que el sueño repara
que la soledad es la mejor compañía.

Caminos que recorro equivocados
que me alejan de tu alegría
que me acercan a los recuerdos
y dudo entre tú y la vida.
A veces uno de tus cabellos
ridiculiza mis mentiras
y salva como en un milagro un mal día
y me abrazo a nada y nada me asfixia.

No me di cuenta y ya no estabas
cuando grité que te quería
cruzaba el cielo un DC-9
y fui a llorar tras las cortinas.

Me sorprendí clavando cruces
allí en el Monte del Olvido
lo hice de noche y en silencio
sin que me vieran los vecinos.

Me acostumbré a la vida triste
disimular recuerdos grises
creer que nada me ha ocurrido
que he sido yo el que se ha ido.

No voy a darme por vencido
nadie ha ganado ni ha perdido
ahora dedico mis caricias
a un maniquí con tus vestidos.
Versión de Enric Hernàez
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Esta canción aparece en la discografía de
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