Romance de la rosa


Madre, llévame a los campos
con la luz de la mañana
a ver abrirse las flores
mientras se mecen las ramas.

Abierta estaba la rosa
con la luz de la mañana;
tan roja de sangre tierna
que el rocío se alejaba;
tan caliente sobre el tallo,
que la brisa se quemaba;
¡Tan alta!, ¡cómo reluce!
¡Abierta estaba!

Abierta estaba la rosa,
pero la tarde llegaba
y un rumor de nieve triste
le fue pesando las ramas;
cuando la sombra volvía,
cuando el ruiseñor cantaba,
como una muerta de pena
se puso transida y blanca;
y, cuando la noche, grande
cuerno de metal sonaba
y los vientos enlazados
dormían en la montaña,
se deshojó suspirando
por los cristales del alba.
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Fragmentos del Diálogo de las tres solteronas ("Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores", 1934)

Esta canción aparece en la discografía de
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