Novedad editorial
Sale una biografía de «Yo vengo a ofrecer mi corazón», la canción más emotiva de Fito Páez
¿Qué canciones son tan trascendentales que merecen sus propias biografías? El escritor argentino Gastón García Marinozzi eligió Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez, y escribió un ensayo que funciona como memoria de una época en el flamante libro ¿Quién dijo que todo está perdido? con testimonios de Joan Manuel Serrat, Pablo Milanés, Liliana Herrero y Pedro Mairal, entre muchos otros.
¿Qué canciones son tan trascendentales que merecen sus propias biografías? El escritor argentino Gastón García Marinozzi eligió Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez, y escribió un ensayo que funciona como memoria de una época en el flamante libro ¿Quién dijo que todo está perdido? con testimonios de Joan Manuel Serrat, Pablo Milanés, Liliana Herrero y Pedro Mairal, entre muchos otros.
Portada del libro «¿Quién dijo que todo está perdido?» de Gastón García Marinozzi.
Télam - Más de treinta años pasaron de la creación de Yo vengo a ofrecer mi corazón, esa canción que se instaló en el imaginario colectivo y que Fito Páez compuso a sus 22 años en un momento de inspiración, probablemente sin saber —como dice Marinozzi— que esa sería la "última gran canción latinoamericana". En un video que el propio Páez compartió el año pasado en plena pandemia anunciando su biografía Yo vengo a ofrecer mi corazón, contó que "había compuesto esta canción en un par de horas en el comedor que da a la calle Estomba" y que fue "una de las pocas canciones que surgieron letra y música en paralelo".
"Hoy ya entrado en años siento que fue un dictado. Esas palabras no correspondían con la experiencia, formaban parte de la genética humana. Siempre hay que decir las mismas cosas a través del tiempo y en este caso me tocó a mí. Hay cosas que se escapan del cartesianismo y los análisis", compartió el músico.
El ensayo que ahora publica Marinozzi ¿Quién dijo que todo está perdido? a través de la editorial Turner y con prólogo de Martín Kohan reúne testimonios de contemporáneos de ese clásico de Páez tan conmovedor como esperanzador, entre ellos Pablo Milanés, Eugenia León, Omara Portuondo, Liliana Herrero, Susana Baca, Sole Giménez, Wendy Guerra, Xavier Velasco, Pedro Mairal y Joan Manuel Serrat, quien la definió como "la banda sonora de un tiempo de ilusión y esperanza, de recuperación de sueños y libertades".
Marinozzi (Córdoba, 1974), actualmente radicado en México, periodista y novelista de libros como Viaje al fin de la memoria, reconstruye en este volumen el contexto de creación de esa obra, que contiene un mundo entero o esa "genética humana" a decir del propio Páez. La sinopsis del libro adelanta: "Hija política de la chanson francesa, del folclore de Violeta Parra y de Mercedes Sosa, de aquella ilusión cubana, del rock de Dylan y de los Beatles y del caudal creativo de Charly García y de Spinetta".
En entrevista con el diario La Vanguardia Marinozzi contó que después de componer ese tema que habla sobre la esperanza, la ilusión y le generosidad, Fito Páez vivió uno de los episodios más trágicos de su historia: "Él grabó la canción, salió el disco y al poco tiempo ocurrió esta tragedia: un tipo entra en su casa y mata a la abuela y la tía, además de a la trabajadora, que estaba embarazada. Lo que menos quería Fito era ofrecer su corazón, era un ser dolido, golpeado, enojado, dejó de cantarla y grabó un nuevo disco, Ciudad de pobres corazones, que es todo lo contrario a Giros, dice: 'En esta puta ciudad todo se incendia y se va / matan a pobres corazones...'".
Pero el libro no es sólo una biografía de la canción ni de Fito Páez: es en todo caso, la indagación que busca es ir a la raíz de la fuerza y potencia que puede tener una canción. "Hay dos partes. En la primera, más teórica, intento pensar por qué una canción es lo que es, qué significaba la cultura en el regreso de la democracia, que fue fundamental en la reconstrucción de una sociedad", mientras que la segunda dota de magnitud sus adaptaciones y dialoga con artistas que hicieron versiones propias.
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