Festival BarnaSants 2011
Quique González, uno de los grandes del rock español
El aforo del bello Palau de la Música de Barcelona se encontraba cerca del lleno de manera que estaba claro que nuestro artista tiene su público numeroso y fiel que acudió al encuentro de ese todo-terreno del rock hispano, de ese músico de moral inquebrantable y de convicciones firmes en lo que ha hecho hasta ahora y sigue haciendo.
El aforo del bello Palau de la Música de Barcelona se encontraba cerca del lleno de manera que estaba claro que nuestro artista tiene su público numeroso y fiel que acudió al encuentro de ese todo-terreno del rock hispano, de ese músico de moral inquebrantable y de convicciones firmes en lo que ha hecho hasta ahora y sigue haciendo.
Digo todo eso porque presentaba su último disco Daiquiri Blues, que fue el eje principal del concierto, pero hubo más cosas.
Para el que esto escribe las cosas no empezaron bien. Apareció en solitario y saludó en catalán al público (siempre quedan bien este tipo de cosas), recordó a las luchadoras de la Revolución Mexicana y sin más acompañamiento que su guitarra se atrevió con La Adelita, canción que pronto cumplirá 100 añitos y que popularizaron muchos, entre ellos Jorge Negrete.
Bueno, pues si se trataba de sorprender puedo asegurar que lo logró puesto que nadie esperaba esta versión de esa Adelita que se fue con otro y la siguieron por tierra y por mar, pero a mí estas frivolidades me superan, me parecen algo fuera de lugar y en esta oportunidad me quedé con esa misma impresión.
Pero solo fue un raro espejismo, puesto que a partir de ese momento hicieron su entrada dos de sus músicos y empezó su Piedras y Flores y entonces SÍ que empezamos a escuchar a Quique González.
Con Palomas en la Quinta dio su bienvenida a otro de sus músicos y siguió con Deslumbrado, Cuando estés en vena y Kamikazes enamorados, con lo que el concierto iba ganando en intensidad y entrega del público.
Recordó sus inicios hace ya un algunos años en las primeras ediciones del Barnasants, donde también actuó y dio las gracias a los incondicionales que después de tanto tiempo aun le seguían. Dijo que en su primer concierto en Barcelona el público eran 17 personas, y que casi todas ellas, muchos años después, seguían formando parte de sus huestes de admiradores.
Me agarraste, Hasta que todo encaje, presentación de David Soler, Su día libre, Crece la hierba, Salitre, Nadie podrá con nosotros, Te lo dije y Y los conserjes de a noche, punto en el que con un gran respeto por los músicos que le acompañaban, volvió a presentarlos una vez más y se arrancó en solitario son su armónica.
Repasando el resto del concierto, en la parte final cantó: Pájaros mojados, De haberlo sabido, Daiquiri blues, Avería y Redención, y terminó su concierto con Miss camiseta mojada que provocó la reacción del público.
Apareció de nuevo para los bises donde aún obsequió al respetable con Polvo en el Aire, Ciudad del Viento, Bajo la lluvia, Pequeño Rock & Roll y finalmente La luna debajo del brazo.
Resumiendo diré que hizo un repaso a toda su discografía con especial interés en presentar las canciones de su último disco, pero también interpretó otras bien conocidas de sus trabajos anteriores, sobre todo de Salitre y Ajuste de cuentas.
Muy bien con guitarra, también excelentes sus intervenciones con armónica, instrumento que me gusta mucho y que siempre me recuerda a Dylan y últimamente también a León Gieco y buenos sus músicos que lo hicieron todo un poco más fácil.
Aunque fue un concierto algo irregular en cuanto a intensidad, también es verdad que dio muy buenas sensaciones, que estuvo bien, que se movió con soltura y desenfado y que la gente salió satisfecha de lo que había visto y oído. Yo también.
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