Moncho es un gigante
Estamos en la fiesta de cumpleaños de una amiga de Anna. Tenis Barcelona: señorial, pero destartalado. Tengo que salir de la sala para atender una llamada, y a través del cristal de la puerta del bar veo llegar al cantante Moncho, empapado de lo mucho que llueve esta noche. Rebeca color de grana, jeans. Pequeño bolso de mano, de esos que antes llamábamos mariconera pero que si ahora lo llamáramos así vete tú a saber qué nos podría pasar. Me vuelvo a la sala, debemos ser unos 50, cena cocktail, con mesas y sillas para sentarse si quieres pero sin un lugar concreto para cada uno. Soplo las velas, se apagan las luces y el pianista y el batería se ponen a tocar. Comparece Moncho, de negro impecable, y empieza a cantar. Al principio poca gente le hace caso. Han apagado las luces de la sala pero no hay ninguna iluminación prevista en el rincón desde donde está actuando. Además, el micrófono se estropea. Moncho, que ha llenado el Palau de la Música y que el próximo día 4 de septiembre actúa, por ejemplo, en l’Auditori; este hombre de prestigio reconocido en todo, se toma su actuación en esta fiesta como si fuera el concierto más importante de su vida y si canta a oscuras con su música se hace la luz y si el micrófono se estropea pone toda la potencia de su voz impresionante y la gente que al principio seguía hablando y no le hacía caso, ahora se han puesto todos a bailar al ritmo de sus boleros antillanos. Es emocionante, y muy aleccionador en estos tiempos tan devaluados, ver un artista aferrado a la dignidad de su oficio y como desde cualquier rincón oscuro es capaz de crecer hasta convertirse en gigante afirmando su integridad y proyectándose en lo que ama. No sé si sabríamos hacerlo, los de ahora. La humildad de aceptar el rincón y acabar arrasando como sólo saben hacerlo los grandes de verdad.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
La exposición Cómo diseñar una revolución: La vía chilena al diseño, que podrá verse en el Disseny Hub Barcelona del 2 de julio al 16 de noviembre de 2025, recupera a través de 250 piezas —incluyendo las portadas de discos de la Nueva Canción Chilena— el papel fundamental del diseño gráfico e industrial en el proyecto de transformación social impulsado por Salvador Allende.
El 22 de julio, más de una docena de artistas se reunirán en Barcelona para rendir tributo a Dioptria, la obra más emblemática de Pau Riba y una de las más referenciales para la Nova Canço. Con la implicación de sus hijos; De Mortimers, la banda que lo acompaño los últimos 20; y nombres como Maria del Mar Bonet, Roger Mas, Pascal Comelade, Oriol Tramvia o Rita Payés; el concierto se plantea como una celebración única de su legado.
El periodista e investigador cubano Humberto Manduley presenta La memoria girando en la luz: Santiago Feliú en mis recuerdos, un libro que rescata la figura del trovador cubano desde la memoria personal, recorriendo su obra, sus influencias y su lugar en la canción de autor contemporánea.
Camila Guevara, joven artista cubana de 24 años nieta de Pablo Milanés y del Che Guevara, ha iniciado su carrera musical con el disco Dame flores, tras un año marcado por la pérdida de su madre, su abuelo y su padre, Camilo Guevara. A pesar del dolor, su voz y su música la han sostenido, componiendo desde emociones intensas y personales.