Tercer aniversario de la declaración del fado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
El fado celebra a lo grande sus tres años como Patrimonio de la Humanidad
El fado está hoy de fiesta, celebra el tercer aniversario de su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y lo hace el mismo día en que la Unesco ha reconocido el cante alentejano en la misma categoría.
El fado está hoy de fiesta, celebra el tercer aniversario de su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y lo hace el mismo día en que la Unesco ha reconocido el cante alentejano en la misma categoría.
Fotografía facilitada por el Museo del Fado, de Lisboa, de la casa de muñecas de su exposición permanente inspirada en el famoso fado «Casa das Mariquinhas».
EFE - La cuna del fado, Lisboa, conmemora la efeméride con numerosos conciertos en el Mercado da Ribeira, con la participación de, entre otras, la cantante Mariza, una de las fadistas contemporáneas con mayor proyección internacional, que fue embajadora de la candidatura llevada a la Unesco.
Durante tres días, el céntrico mercado lisboeta, transformado recientemente en espacio gourmet, será escenario de las actuaciones de Camané y David Fonseca, juntos en un único concierto, o de António Zambujo y Virgem Suta.
También habrá conciertos de fadistas de la Tasca do Chico, una popular casa de fados en el Barrio Alto, y ya el sábado, para el cierre del evento, será el turno de Mariza, acompañada de Jorge Fernando y Miguel Gameiro.
"Retamos a (la publicación) Time Out (uno de los organizadores) a crear la 'mayor casa de fado del mundo'", dijo a Efe Rita Oliveira, representante del Museo del Fado, que promueve el evento junto con la Cámara Municipal de Lisboa y la citada revista, responsable de la gestión del Mercado da Ribeira.
"El reconocimiento por la Unesco tuvo como consecuencia un plan de protección del fado por parte del Museo, apoyado en cinco ejes: una red de archivos, un programa educativo, la edición de libros, la creación de un archivo digital y la ruta del fado, disponible en la página del Museo", explicó Oliveira.
Durante el fin de semana, alumnos de la Escuela de Guitarra del Museo del Fado también realizarán "presentaciones espontáneas" en el museo, que tendrá entrada libre durante los dos días, sumándose así a la celebración.
El fado tiene su origen en el siglo XIX, como espejo de la identidad multicultural de la ciudad de Lisboa y, según algunos estudiosos, bajo influencia de la mezcla de ritmos africanos y de la música europea que se produjo en Brasil.
En el contexto del romanticismo, la nostalgia y la melancolía surgieron como temas recurrentes del género portugués, que se asoció a las capas populares lisboetas en los barrios a lo largo de la zona portuaria del río Tajo.
Cantado en "casas de fado" y acompañado de la guitarra portuguesa de doce cuerdas, el canto se expandió a los salones de la clase media y aristocracia lisboeta, convirtiéndose en la expresión más divulgada de la cultura y lengua portuguesas.
A lo largo de su historia, el fado también se asoció a ideales políticos, representando en su letra ideologías republicanas, socialistas e incluso anarquistas, como canción de protesta y reforma social.
Hoy en día, es un género cada vez más apreciado y buscado por gente de culturas diferentes, apoyado por las nuevas generaciones de artistas.
"Hace algunos años se decía que el fado estaba de moda, pero yo creo que es más, el fado vino para quedarse", defendió en declaraciones a Efe la fadista Ana Moura.
"La particularidad de ser una música que dice tanto del alma atrae mucho", resumió, antes de añadir que el exotismo, la melodía particular y la temática también contribuyen para su gran popularidad.
Esa popularidad se acrecentó, sin duda, a partir del 27 de noviembre de 2011, cuando la Unesco incorporó este estilo, el que mejor encarna el fatalismo portugués, en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El término fado procede del latín (fatum), con el significado de destino y, a pesar de los primeros registros de esta expresión se remontan al siglo XIX, fue en el XX cuando se universalizó gracias a la aportación de la cantante Amália Rodrigues (Lisboa, 1920-1999), que triunfó con él en escenarios de medio mundo.
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