Venga la esperanza
que sólo ha llegado hasta el dolor.
Dice que ha perdido la buena esperanza
y se refugia en la piedad de la ilusión.
Sé de las entrañas de su queja
porque padecí la decepción:
fue una noche larga que el tiempo despeja,
mientras suena en mi memoria esta canción:
Venga la esperanza,
venga sol a mí.
Lárguese la escarcha,
vuele el colibrí.
Hínchese la vela,
ruja el motor,
que sin esperanza
¿dónde va el amor?
Cuando niño yo saque la cuenta
de mi edad por el año dos mil
(el dos mil sonaba como puerta abierta
a maravillas que silbaba el porvenir).
Pero ahora que se acerca saco en cuenta
que de nuevo tengo que esperar,
que las maravillas vendrán algo lentas
porque el mundo tiene aún muy corta edad.
Venga la esperanza,
pase por aquí.
Venga de cuarenta,
venga de dos mil.
Venga la esperanza
de cualquier color:
verde, roja o negra,
pero con amor.
(1989)
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