Cenizas de ayer
En la hojarasca azul de tus ojeras, y hoy
Entiendo lo que fui, un poco lo que soy.
La vida es como el mar, un sueño donde ya
No hay mucho que soñar y empecinada va
Diciendo su verdad, dura y sincera.
No hay nada que llorar, no hay nada que olvidar,
No hay nada que decir, apenas contemplar
La tarde, que se va con su ceniza.
Cenizas de ayer tu boca y mi sed,
Tu copa de alcohol derramada,
Mi mano en tu piel, el llanto de un tren,
La noche que nos amparaba.
Cenizas de ayer, mil besos sin luz,
El ángel que nos resguardaba,
La revolución, la sombra del Che,
La historia que nos devoraba.
Ya ves: sefiní. No puedo seguir,
Mi brújula ha muerto de pena
En un patio azul, donde mi niñez
Entierra una vieja quimera.
Cenizas de ayer, la voz de Gardel,
Mi padre y su fe desgraciada.
Mi exilio en Madrid, mi amor en París,
Mi amor en tu amor y en tu cama.
Ya ves: sefiní. No sirve insistir
No quedan ni rastros de entonces,
No alumbra el candil de aquella canción
Son sólo cenizas y arena…
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