Se fue el ayer
y en su paso itinerante deja ver
una hoja que su árbol no agarró
una tarde ensimismada de dolor
una angustia que no pienso ya saber
un suicidio de otro verso que no haré.
Qué no haré,
pues no intuyo lo que no se puede ser
un trocito de otro mundo, de otro sol
un eclipse de otro cuerpo en otro amor
o el inicio de lo que jamás veré
el triunfo del pasado sin volver.
Sin volver, sin volver, sin volver
sin volver, sin volver.
Se fue el ayer
con el silencio de otro invierno así se fue
con el semblante oscurecido en la canción
con el recuerdo de una vida que partió
de una vida que no alcanzo a reconocer
con fragmentos de mil besos sin volver.
Sin volver, sin volver, sin volver
se fue el ayer, se fue el ayer, se fue el ayer
sin volver.
Y no podré decir que no
y no podré decir que no.
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