No ha sido fácil
cual mi generación distinta
a la de ayer.
Soy, continuidad de mi niñez,
que es hija del sudor
de los brazos que ame.
Soy como quisieron ser
pero tratando de ser yo,
ni menos mal
pero en verdad
ni menos bien.
No ha sido fácil tener
una opinión que haga
valer mi vocación
mi libertad para escoger.
Amo sin ver lo que en el futuro
tenga que acontecer
dejo al sentir más puro,
florecer.
Ámame sin temor alguno
que yo he de prometer
fidelidad a mi modo de ser.
Yo, yo sólo tengo la razón
de quien quisiera ser
mejor de lo que ayer.
Yo, pongo en tu mano el corazón
con toda mi virtud,
mi egoísmo también.
Sufre conmigo el error que cometeré
goza también lo que de bien
se ha de lograr sin pretender.
Sube conmigo a encontrar el escalón
que evocaré para llegar
a ese lugar que un día soñé.
(1984)
Miguel Poveda hizo suyo el Gran Teatre del Liceu de Barcelona —uno de los grandes Teatros de la Ópera del mundo— en su concierto Distinto del 15 de Octubre, en el marco de la edición de 2025 del "Festival Jazz Barcelona".
El músico argentino Milo J lanza La vida era más corta, un álbum doble donde se cruzan el folklore argentino y los sonidos urbanos contemporáneos, en una obra que reúne a varias generaciones y cuenta con colaboraciones destacadas como las de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez.
Tras más de quince años de amistad y colaboraciones esporádicas, la actriz y cantante española Leonor Watling y el músico y productor estadounidense Leo Sidran publican Leo & Leo, un álbum conjunto disponible en plataformas digitales, CD y vinilo. El proyecto, con colaboraciones de Jorge Drexler, Kevin Johansen y Javi Peña, se acompaña de una gira internacional junto a The Groovy French Band.
El músico y compositor venezolano Henry Martínez murió este 2 de octubre, según informó su familia a través de un comunicado en redes sociales. Autor de más de 200 canciones, su obra fue interpretada por voces como Pablo Milanés, Martirio, Marc Anthony, Jerry Rivera, María Teresa Chacín, Cecilia Todd y Gualberto Ibarreto.
En un Palau Sant Jordi abarrotado, Joaquín Sabina se despidió de Barcelona con un concierto que fue al mismo tiempo un inventario de vida y un abrazo multitudinario a través de veintidós canciones que, tras más de medio siglo de carrera, ya no le pertenecen solo a él.