Se oye el roce
Jueves 11 de octubre. Al alba los de La Pinta recogieron del mar una caña y un palo, y tomaron otro palillo labrado, a lo que parecía, con hierro; y un pedazo de caña y otra hierba que nace en tierra.
Se oye el roce del vuelo de las aves,
el susurro del agua deslizada;
acechan los marinos la arribada
y crece la ansiedad en las tres naves.
El alba reveló una dulce playa
bordeada de plantas lujuriosas
que batían onduelas espumosas
mientras La Pinta, de impaciencia estalla.
Rodrigo de Triana grita: ¡Tierra! ¡Tierra! Fue el primero, y cien voces golpeadas, vivas, gritos, abrazos irrumpen en los valles y en la sierra.
Cristóbal Colón:
Nunca tan hermosas tierras vi, llenas de árboles, hermosos y verdes que cercan el río, con flores y frutos, cada uno a su manera. Muchas aves y pajaritos que cantan muy dulcemente.
Miguel Poveda hizo suyo el Gran Teatre del Liceu de Barcelona —uno de los grandes Teatros de la Ópera del mundo— en su concierto Distinto del 15 de Octubre, en el marco de la edición de 2025 del "Festival Jazz Barcelona".
El músico argentino Milo J lanza La vida era más corta, un álbum doble donde se cruzan el folklore argentino y los sonidos urbanos contemporáneos, en una obra que reúne a varias generaciones y cuenta con colaboraciones destacadas como las de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez.
Tras más de quince años de amistad y colaboraciones esporádicas, la actriz y cantante española Leonor Watling y el músico y productor estadounidense Leo Sidran publican Leo & Leo, un álbum conjunto disponible en plataformas digitales, CD y vinilo. El proyecto, con colaboraciones de Jorge Drexler, Kevin Johansen y Javi Peña, se acompaña de una gira internacional junto a The Groovy French Band.
El músico y compositor venezolano Henry Martínez murió este 2 de octubre, según informó su familia a través de un comunicado en redes sociales. Autor de más de 200 canciones, su obra fue interpretada por voces como Pablo Milanés, Martirio, Marc Anthony, Jerry Rivera, María Teresa Chacín, Cecilia Todd y Gualberto Ibarreto.
En un Palau Sant Jordi abarrotado, Joaquín Sabina se despidió de Barcelona con un concierto que fue al mismo tiempo un inventario de vida y un abrazo multitudinario a través de veintidós canciones que, tras más de medio siglo de carrera, ya no le pertenecen solo a él.