Poblina de mi casa
del ranchito que era mío, ay,
y de aquella casita
tan blanca y bonita
todo se acabó…"
De mi casa
la vitrina de las copas
la tercera pared tras el armario
De mi casa
cielorraso recuarteado
que amenaza las cabezas.
De mi casa garabatos
a la altura de mi ombligo
sus dibujos que agudizan
los recuerdos de mañanas
cuando el agua resbalaba
por las tejas y empezaba
entonces a estudiar
en las paredes
con el blanco inofensivo
bajo el lápiz.
De mi casa treinta años
su color amarillento, la cocina
de mi casa los mosaicos de la sala
me entretienen, me disponen,
de mi casa el retrato
de mi abuelo vigilante
conservando todavía
su estandarte patinado
con colores misteriosos.
De mi casa negativo
de una foto de la noche
sin estrellas.
De mi casa la guitarra
con la canción de mi madre
que desborda:
"…y de aquella casita
tan blanca y bonita
nada puedo olvidar"
Sus cortinas, sus tapetes
sus juguetes, sus arcadas
sus calores y sus fríos
sus mañanas y sus noches.
De mi casa pandereta
cascabeles y campanas
yeso, barro, todo es poco
cuando hablo de mi casa
de mi casa todo es poco.
(1969)
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