A ti, Quico
Un día la mar
más sucia que nunca
vio abrir tus ojos
tal vez hiciera frío o demasiado calor
patriarca de la canción.
Después la calle
colegio francés
corbatas y noches de jazz
teniendo siempre a punto un zumo para brindar:
de naranja, piña o quién sabe.
Sabes muy bien que la cultura no es una bicoca
ni un vino dulce puesto sobre la mesa
del que puede beber todo el mundo
y también que el amor no huele a rosas
pues clava puñaladas que nos atraviesan el sentido.
Cuántas veces he palpado
nuestra humedad
cuando hablas de Barcelona
poeta concreto, áspero si conviene
cronista justo a cualquier hora.
Cuántas veces me ha hartado
el viento que tú sientes
y he visto al hombre de la calle
luchando paso a paso, fumando muy poquito
rezando un «gracias Dios mío».
Sabes también que un país no es ningún negocio
ni tampoco mil palmos de tierra
ni una danza popular
y también que la lucha no se acaba
con un verso o una palabra
con un éxito o un fracaso.
más sucia que nunca
vio abrir tus ojos
tal vez hiciera frío o demasiado calor
patriarca de la canción.
Después la calle
colegio francés
corbatas y noches de jazz
teniendo siempre a punto un zumo para brindar:
de naranja, piña o quién sabe.
Sabes muy bien que la cultura no es una bicoca
ni un vino dulce puesto sobre la mesa
del que puede beber todo el mundo
y también que el amor no huele a rosas
pues clava puñaladas que nos atraviesan el sentido.
Cuántas veces he palpado
nuestra humedad
cuando hablas de Barcelona
poeta concreto, áspero si conviene
cronista justo a cualquier hora.
Cuántas veces me ha hartado
el viento que tú sientes
y he visto al hombre de la calle
luchando paso a paso, fumando muy poquito
rezando un «gracias Dios mío».
Sabes también que un país no es ningún negocio
ni tampoco mil palmos de tierra
ni una danza popular
y también que la lucha no se acaba
con un verso o una palabra
con un éxito o un fracaso.
Idiomas
Comentarios
Traducción: J. M. Caballero Bonald
Esta canción aparece en la discografía de
LO + LEÍDO