Novedad discográfica
«Vidala en mi zamba», voces y cajas de Eva Sola y Nadia Szachniuk para recuperar «paisajes del noroeste»
Las voces de las salteñas Eva Sola y Nadia Szachniuk se reencuentran después de 10 años para dar forma a su segundo disco compartido, Vidala en mi zamba, material orientado a "recuperar los sonidos y paisajes antiguos de nuestro noroeste" que el 25 de septiembre estrenarán en Buenos Aires dando inicio a una gira que luego llegará a Salta, Tilcara y Mendoza.
Las voces de las salteñas Eva Sola y Nadia Szachniuk se reencuentran después de 10 años para dar forma a su segundo disco compartido, Vidala en mi zamba, material orientado a "recuperar los sonidos y paisajes antiguos de nuestro noroeste" que el 25 de septiembre estrenarán en Buenos Aires dando inicio a una gira que luego llegará a Salta, Tilcara y Mendoza.
Portada del disco «Vidala en mi zamba» de Eva Sola y Nadia Szachniuk.
Télam - "Este disco implica el reencuentro en la música, el paisaje de nuestra infancia y adolescencia, y la amistad. Tiene para nosotras la contundencia del tiempo y la experiencia de cada una en la música, a la vez que sostiene la esencia de nuestro primer trabajo Vidala",señala Szachniuk a Télam.
Para completar la idea sobre Vidala en mi zamba en relación al primer registro que las unió, Sola apunta a Télam que "reúne materiales de los primeros tiempos del folclore, pero aquí nos dedicamos más a otras especies, parientes de la Vidala, aunque más criollas, también andinas, como chayas, zambas, chacareras, huaynos".
Las vidalas Dicen que el carnaval (recopilación Isabel Aretz), Llegando a mi querencia (Alfonso Ledezma) y Tei de querer (recopilación Andrés Chazarreta), conviven con las zambas Vidala en mi zamba (Hermanos Simón), Criollita santiagueña (Atahualpa Yupanqui-Andrés Chazarreta) y Zamba Tucumana (recopilación Leda Valladares).
El repertorio incluye las chacareras La doble (recopilación Chazarreta), Chacarera del Cachi Mayu (Hermanos Ábalos) y La brasita de mi chala (Hermanos Simón), la vidala chayera Flor de Alhelí (recopilación Manuel Acosta Villafañe), la vidala de comparsa Solloza mi corazón (recopilación Chazarreta), el Triste humahuaqueño (recopilación Aretz), el huayno Sauteñita (recopilación Aretz) y el carnavalito/huayno Si Way Si/Ya me voy (recopilación Aretz).
El reciente Vidala en mi zamba reúne las voces y las cajas de las protagonistas con el salteño Seva Castro (guitarra, charango y coros), el jujeño Santiago "Tarco" Arias (bandoneón, guitarra, ronroco y voces) y el mendocino Facundo Guevara (percusión y coros), fue grabado y editado con el auspicio de la salteña Universidad de Congreso de Mendoza y está dedicado a la memoria de la arpista Isabel Neirot.
Acerca de esa dedicatoria, Szachniuk comenta que "al principio nos interesó rescatar la existencia del arpa criolla, instrumento que hoy se encuentra en extinción en la música argentina, pero que formaba parte indispensable en las orquestas nativas de principios del siglo XX. Para esto, hicimos un viaje iniciático a Santiago del Estero, donde el arpa estuvo muy presente y donde encontramos (gracias principalmente al trabajo de Andrés Chazarreta), algunos de los registros más antiguos. De esta forma, en 2015 conocimos a Isabel Neirot, heredera directa de la tradición de los arperos criollos".
A lo que Sola añade que "la convocamos a formar parte de este disco, y comenzamos a encontrarnos con gran entusiasmo y cariño. Lamentablemente, en medio del primer abril pandémico, Isabel falleció intempestivamente. Sin embargo su huella quedó indeleble en este disco, aunque sin la presencia del arpa, pero evocando permanentemente los sonidos y paisajes que dejaron plasmados los márgenes temporales, geográficos y estéticos del repertorio".
La placa tendrá su estreno en directo el sábado 25 de septiembre a las 21.30 en Dumont 4040 (Santos Dumont 4040, con entradas por sistema Alternativa), El viernes 1 de octubre sonará en el Teatrino de Salta, la noche siguiente en la sala Barbarita Cruz del complejo Capec de Tilcara y el viernes 8 en la sala Chalo Tulián de Nave Uncuyo de Mendoza.
¿Qué es para ustedes la vidala como género, como espacio sonoro, como territorio?
Nadia Szachniuk: La vidala es un territorio expresivo muy potente. Es un canto llorado, un grito de soledad, de alegría, contemplación y también de denuncia. Mantiene la verdad del canto ritual, acompaña el desentierro y el entierro del carnaval, los tiempos de cosecha y siembra, los ciclos naturales de los animales y las personas. Con simples y bellas melodías mantiene la esencia andina y argentina, latinoamericana, usando las formas españolas heredadas en su poesía sincrética, y esto es algo que, creo, nos cautiva especialmente a ambas y fue un lugar de encuentro con algo propio y algo ajeno. El paisaje, que también es nuestro, pero las palabras, los olores, las inflexiones, nos fueron invadiendo desde chicas, y allí nos encontramos con Eva. La vidala también forjó esta amistad añosa que cultivamos.
¿Cómo es para ustedes como artistas jóvenes y con otros recursos expresivos adentrarse en estas músicas ancestrales?
NS: Cantar esta música es parte de nuestra identidad, del mundo en el que crecimos, a pesar de no haber nacido en los valles o quebradas, somos salteñas y nos resuenan estas expresiones en algún lado de la memoria emocional. Luego el camino diverso de cada una en la música, no hace más que tamizar, colorear, nutrir tal vez, ese sentir.
Eva Sola: En este disco también contamos con la indispensable participación de tres músicos fantásticos, que aportaron muchísimo en los arreglos y esta estética que planteamos, basada en no abrumar la música con manierismos ni impostaciones mercantiles.
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