Novedad discográfica
Buena Fe y la Morada Vacía
Buena Fe tiene un disco nuevo. Acaba de salir, el 7 de febrero. Miro el logo y me recuerda a aquellos años de Corazonero empezando la Secundaria en Santos Suárez, y ese hermoso Presagios cuando yo ya estaba en tierras de libertad y exilio, absorbiendo todos esos ritmos de bossa nova, new age, balada, rock...
Buena Fe tiene un disco nuevo. Acaba de salir, el 7 de febrero. Miro el logo y me recuerda a aquellos años de Corazonero empezando la Secundaria en Santos Suárez, y ese hermoso Presagios cuando yo ya estaba en tierras de libertad y exilio, absorbiendo todos esos ritmos de bossa nova, new age, balada, rock...
Yoel Martínez e Israel Rojas: Buena Fe.
Buena Fe era mi encuentro personal con las buenas vibras antes de saber lo que eran las buenas vibras. ¿Cuántas veces no ponché de principio a fin esos casetes de Arsenal y Déjame entrar, maravillado por las metáforas, las analogías con ritmos pegajosos de pop y pop-rock, con la inteligencia que levantaba universidades y ponía a los timbaleros a temblar? Buena Fe, hoy con esa bandera de alas rojas de un ave que simula libertad. Buena Fe, que con una guitarra y dos voces hacía armonías bellísimas en un programa en vivo como si sembraran una flor en tierra fértil.
Con los años se pusieron más experimentales y a la vez más densos. Yoel se soltó más y conocimos la belleza de su voz y su estilo trovadoresco y cálido. Ir a un concierto suyo era mi asignatura pendiente. Buena Fe, caramba. Un nuevo disco. Hace década y media me aceleraba el corazón sólo ver la portada y un tracklist. La idea misma de un disco nuevo, incluso. Buena Fe, orgullo cubano de la canción de autor.
¿Y por qué entonces estoy escribiendo esto y no devorando de punta a cabo ese último disco de 14 canciones seguramente entrañables? Porque Buena Fe murió.
Así como lo digo. Israel Rojas fue reemplazado por un ente parcializado y desagradable, soldado de un régimen que pocos como él han decidido defender, a pesar de las constantes violaciones del mismo a los derechos humanos, la utilización de la fuerza por medio de represión policial y el deterioro acelerado de todos los sectores del país bajo la moralmente empobrecida administración actual.
Israel Rojas, nuestro Israel Rojas, nunca se pondría de parte de tiranos en contra de su propio pueblo. Este hombre que hablaba de los baches, de la zanja donde se tiraba espuma y basura, de los camarones que se comen los turistas, del ajiaco típico un poco salido de sal que eran las guaguas, de toda esa problemática del cubano de a pie. Israel, el intelectual Israel, nunca se expresaría con obscenidades constantes en respuesta a cubanos que desean prosperidad para su pueblo y elecciones libres. La vulgaridad no era parte del repertorio de la verdadera Buena Fe. Las canciones de Israel, repletas de energías positivas y apoyo a las mujeres, reflejaban un alma que abogaba por la paz y los derechos, por lo que sería inapropiado pensar que el mismo Israel llamara "puñeteras" a las Damas de Blanco marchando por sus hijos y esposos presos por razones políticas, disidentes cuyo único delito fue expresar su descontento por el camino que decidió tomar un gobierno que jamás dejó el poder, década tras década.
Ni nuestro Israel Rojas con su pluma, ni nuestro Yoel Martínez con su guitarra justificaría jamás el maltrato policial a las mujeres y el encarcelamiento de menores. No, estos dos sujetos que se asemejan tanto físicamente, hoy más gordos y ligeramente envejecidos de forma prematura, no son los hombres que conocimos. No son los hombres que yo escuchaba. Este no es el verdadero dúo Buena Fe.
No sé si habremos caído en una dimensión alternativa o están utilizando inteligencias artificiales para generar timbres similares en dos figuras robóticas que siguen ciegamente las órdenes de sus dictadores, de sus amos absolutos, sin criterio ni hombría. Sólo sé que este no es un disco de verdad. Al menos no suyo. Y no tengo intención alguna de escucharlo.
¡Qué pena!
¿Adónde habrán ido dos almas tan prometedoras, que inspiraron a nuestra generación y la posterior, que nos enseñaron que lo mainstream puede ser cerebral y tener un contenido sólido y cargado de emociones auténticas? Esos dos locos que llegaron de la zona más oriental del país a dar voz a los jóvenes y hacer eco a sus inquietudes, ¿en qué momento dejaron de existir?
La cantante brasileña Vanessa de María regresa a la escena musical tras una pausa de 15 años con el proyecto Maestros, un disco dividido en dos volúmenes en el que rinde homenaje a las voces que marcaron su infancia y formación. El álbum cuenta con colaboraciones de artistas fundamentales de la canción latinoamericana como Silvio Rodríguez, Víctor Heredia, León Gieco, Teresa Parodi o Quilapayún.
El trovador cubano Silvio Rodríguez dará inicio a su próxima gira latinoamericana con una presentación pública y gratuita en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 19 de septiembre a las 19:00. El histórico enclave volverá a convertirse en escenario de la Nueva Trova, en un evento que marcará el punto de partida de una serie de conciertos por cinco países de América del Sur.
El festival La Mar de Músicas, organizado por el Ayuntamiento de Cartagena (España), ha anunciado que Ecuador será el país invitado de su 31ª edición, que se celebrará del 17 al 25 de julio de 2026. El anuncio se realizó durante el concierto de clausura de la edición 2025, en un acto simbólico que marcó el paso del testigo desde Corea del Sur al país andino.
Caetano Veloso y Maria Bethânia, dos referentes indiscutibles de la música popular brasileña, han lanzado un nuevo disco en vivo bajo el título Caetano e Bethânia. Ao vivo. El álbum, editado por Sony Music, recoge el repertorio del espectáculo conjunto que recorrió Brasil entre agosto de 2023 y marzo de 2024, marcando su reencuentro escénico tras casi cinco décadas.
El grupo chileno Estravagarios, heredero directo del legado musical de Quilapayún, lanza en formato físico (Digipack) el álbum Aquí estamos, esta vez bajo el título Estravagarios; Nous voici, 60 ans de ré-évolutions, una edición francesa que conmemora seis décadas de historia artística ininterrumpida.