RETRATOS DE CANTANTES
RUPER ORDORIKA
RUPER ORDORIKA
© Juan Miguel Morales
Ruper Ordorika es un cantautor vasco, que canta en euskera y que parte de una formación rockera. Pero desde la edición de su primer disco, en el 80, Ruper ha desarrollado un discurso musical propio, donde encontramos influencias del folk escocés, del jazz o de la música tradicional de su propia tierra, que él ha investigado y grabado bajo el nombre de Hiru Trucu -banda montada con otros compañeros músicos de Euskadi-. Ha musicado con acierto a su amigo Bernardo Atxaga y ha producido trabajos de Hertzainak o Emilio Cao.
Algunos discos: "Ni Ez Naiz Noruegako" (Elkar, 83), "Ez Da Posible" (Gasa, 90), "So`ik so`" (Nuevos Medios, 95), "Gaur" (Esan Ozenki Records, 00).
A sus 94 años, Omara Portuondo publica Eternamente Omara, un nuevo trabajo discográfico en el que revisita grandes canciones del repertorio cubano acompañada por artistas como Nathy Peluso, Pablo López, Angelique Kidjo y Silvio Rodríguez, quien cantará Demasiado, tema incluido originalmente en Segunda cita (2010).
La violinista barcelonesa Olvido Lanza publica su primer disco en solitario tras una larga trayectoria acompañando a grandes cantautores, Mayte Martín, Manolo García, Miguel Poveda y, de forma especialmente destacada, a Joan Manuel Serrat.
La pianista cubana Malva Rodríguez —hija de Silvio Rodríguez y Niurka González— ofreció un programa que recorrió géneros clave de la tradición musical de la isla, con obras de Lecuona, Caturla, López-Gavilán, Oliva, Alén y un cierre con Chopin, en una actuación ovacionada en el Centro de las Artes de la ciudad francesa.
Marina Paredes, cantautora y actriz gestual nacida en La Vila Joiosa (País Valenciano) en 1998, lanza en junio de 2025 su nueva canción: Nana de la prisa, una composición íntima y profundamente mediterránea que busca arropar con dulzura los ritmos acelerados de la vida contemporánea.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.