Presentación de su nuevo disco
Cesk Freixas, protestando con alegría
El joven trovador catalán Cesk Freixas presentó ayer en el CAT de Barcelona su último trabajo, Tocats pel foc (Tocados por el fuego), en lo que él define como un punto de inflexión en su carrera. Parece ser que acertó.
El joven trovador catalán Cesk Freixas presentó ayer en el CAT de Barcelona su último trabajo, Tocats pel foc (Tocados por el fuego), en lo que él define como un punto de inflexión en su carrera. Parece ser que acertó.
Cesk Freixas, puño en alto.
© Xavier Pintanel
Ferran Orriols «Nandu», cantante del grupo Nyandú fue unos de los invitados en la presentación de su nuevo disco en el CAT de Barcelona
© Xavier Pintanel
De la misma manera que a Woody Allen cada vez que escucha Wagner le entran ganas de invadir Polonia, cuando uno escucha a Cesk Freixas siente la necesidad de tomar La Bastilla. Cesk es muchas cosas, pero especialmente es la nueva, la joven canción-protesta.
En los años 60 y 70 —edad de oro de la canción-protesta— las canciones tenían mucha carga de tristeza, resentimiento, rabia, incluso odio. Si no fuera porque los trovadores —gente sabia— incorporaban en su repertorio temas más festivos, jocosos o incluso semibailables, los conciertos hubieran sido una mezcla de mitin y de misa de difuntos. Las canciones-protesta —sin que esto sea necesariamente un defecto— eran a menudo serias, sobrias, sin concesiones. Era una frivolidad mezclar lucha y pasión carnal, reivindicación con humor y, sobretodo, anteponer intereses personales a los colectivos.
Sin perder su punto épico —la canción-protesta sin épica se convierte en canción-queja, que es lo que a menudo sucede con el hip hop—, la canción de Cesk Freixas es, sin embargo, alegre y desacomplejada. Alegre quizá porque nunca ha vivido una dictadura y desacomplejada porque entiende que la colectividad no es más que una suma de individualidades. "Un país mai no serà lliure si no ho és la seva gent" (Un país jamás será libre si su gente no lo es) dice Freixas en Cançó per l'Abril, el tema que abre su último disco, Tocats pel foc (Tocados por el fuego), que ayer presentó en el CAT de Barcelona.
El nuevo disco de Cesk marca un punto de inflexión en su carrera. Y parte de la responsabilidad de ese cambio es Víctor Nin, arreglista, director musical y espectacular guitarrista de Freixas que dirige una banda que se pone al servicio del trovador con un gran cuidado por el juego de guitarras.
Según el propio Cesk Tocats pel foc es su propuesta más cálida y orgánica y toma como referencia algunos de los responsables actuales de la música de autor anglosajona (Ben Harper, Ani DiFranco, Wallis Bird o Bon Iver) pero todo ello sin perder sus raíces en el sur, como por ejemplo Companya (Compañera) que contiene sendas citas de Alejandro Filio y Silvio Rodríguez.
En el concierto de presentación de ayer pudimos escuchar por primera vez en vivo este nuevo disco que Cesk Freixas interpretó casi en su totalidad, intercalando canciones —que ya son pequeños clásicos— de La mà dels qui t’esperen, su penúltimo trabajo.
Con una sala llena, el público especialmente joven —sangre nueva para la trova—, vibró durante todo el concierto hasta el punto de que en uno de los bises, cuando interpretaba La petita rambla del Poble Sec, a Cesk se le quebró la voz de emoción. Esa emoción que, cuando se da la conexión, es de ida y vuelta.
Ayer pudimos ver todo eso porque, como decía al principio, Cesk es muchas cosas. La joven canción-protesta por supuesto, pero también un joven trovador que después de cuatro discos y dos maquetas sigue consiguiendo que su obra nueva destaque sobre la anterior, es decir, aquello que solo consiguen los realmente grandes.
Que no te falle nunca la suerte
Hay trenes que marchan temprano,
justo cuando hay trabajos que se acaban.
Que no te falle nunca la suerte,
escritor de madrugada, vendedora de abrazos.
No hacemos solos nunca ningún viaje,
hay abuelas, y chicos con gorros de lana.
Que no te falle nunca la suerte,
conductor de canciones, de voz agrietada.
Cuéntame cómo pasas los días,
cuando lo necesites, tienes mi mano.
Grita que quieres vivir libre,
silba, dispara, y no me dejes ir.
Baja del bus a cara o cruz,
y si me preguntas qué camino hemos de seguir,
que no nos falle nunca la suerte,
peón de verdades, trovador a la deriva.
Sé siempre tú mismo,
no te dejes dominar, vacía la jaula.
Que no te falle nunca la suerte,
domador de la palabra, poeta de media jornada.
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