Desde Buenos Aires
Jorge Fandermole: la conciliación de la excelencia con el cancionero popular
El santafesino Jorge Fandermole expuso anoche en el Teatro SHA, del barrio de Once, su prolífica y original obra y su capacidad para transitar e interpelar diferentes estéticas y formas musicales, una virtud que lo ha convertido en un trovador jalonado desde las orillas del folclore, el rock o el formato canción.
El santafesino Jorge Fandermole expuso anoche en el Teatro SHA, del barrio de Once, su prolífica y original obra y su capacidad para transitar e interpelar diferentes estéticas y formas musicales, una virtud que lo ha convertido en un trovador jalonado desde las orillas del folclore, el rock o el formato canción.
Jorge Fandermole
© Daniel Jaworski
Télam/Mariano Suárez - Sin estridencias ni declamaciones ostentosas arriba ni abajo del escenario, Jorge Fandermole enhebró con paciencia, desde los 80, un repertorio con un valor poético y musical afirmado, a un mismo tiempo, en el buen gusto y el oído popular.
Ese cancionero, que recogieron artistas como Mercedes Sosa, Liliana Herrero o Ana Belén, entre tantos más, fue presentado anoche en el Teatro SHA, donde Fandermole condensó en dos horas y media un repertorio que comprendió su obra solista y citas a otros referentes de la música litoraleña.
El paisaje musical de su región (Chamarrón de proa), las formas folclóricas tradicionales (Coplas de la luna llena) o el melodismo del formato canción (Ay, deseo) se entremezclaron entre el soporte instrumental de cuerdas que habitualmente acompaña al cantautor.
El santafesino, además de su guitarra, contó con el respaldo, en el mismo instrumento, de Marcelo Stenta y, en bajo y violonchelo, según el caso, de Fernando Silva.
Fandermole, además de ofrecer su propia obra, estableció citas a un rico linaje de autores que le han cantado al río: los nombres de Chacho Muller, Aníbal Sampayo, Juan L. Ortiz, Ramón Ayala precedieron, en forma tácita o expresa, al suyo propio. En ese contexto, Agua dulce enfatizó la intensidad de ese concepto.
Luego el santafesino tributó con Juan y la luna a las sutilezas del dúo entre la cantante Luna Monti y el guitarrista Juan Quintero que es, junto con Fandermole, la otra contundente novedad que entrega el cancionero de la música popular; aun con la diferencia de formas que ambos predican; de la belleza poética del santafesino a la libertad de formas del tucumano.
De a poco, la impaciencia del público que pobló las 900 butacas del teatro y que demandaba aquellas letras del repertorio de Fandermole incorporadas definitivamente al cancionero popular, fue complacida por el artista.
Así el cantautor fue entregando Necesitaría, Canción del pinar, Sueñero, Cuando o la Oración del remanso, tal vez su obra más interpretada y de la que Liliana Herrero ha conseguido su versión más lograda.
“Yo aprendí tocando obras de otros, de un vasto repertorio de otros autores que me acompaña desde chico, aunque por ahí uno no lo pone todo el tiempo de esa manera arriba del escenario”, explicó Fandermole a Télam para explicar sus elecciones.
“No siento, sin embargo, que mi oficio de compositor conlleve la misión de ir hacia determinado lugar, de imponer una mirada y una textura determinada. Hay que tratar de disfrutar, porque si la música se convierte en un deber, no funciona”, aseguró.
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