«La música ancestral es la que llega al cielo»
Totó la Momposina: «El reguetón no es música, no va a trascender»
Totó la Momposina, reina del folclor colombiano, acaba de cumplir 78 años con una vitalidad envidiable y más convencida que nunca de que en la música solo lo clásico y lo tradicional tienen un lugar asegurado en la eternidad, una crítica directa a los nuevos ritmos que se imponen en América Latina.
Totó la Momposina, reina del folclor colombiano, acaba de cumplir 78 años con una vitalidad envidiable y más convencida que nunca de que en la música solo lo clásico y lo tradicional tienen un lugar asegurado en la eternidad, una crítica directa a los nuevos ritmos que se imponen en América Latina.
Totó la Momposina.
EFE - Con el desparpajo que la caracteriza, esta cantante y bailarina que ha dedicado toda su vida a divulgar la riqueza del folclor de la costa Atlántica colombiana, defiende en una entrevista con Efe el valor de la música tradicional y su trascendencia frente a lo moderno.
"Por favor no me hables de eso porque eso no es música, eso es un género de música y eso no va a pasar (trascender), eso no va a llegar allá al cielo, la música ancestral es la que llega al cielo", responde con contundencia cuando se le pregunta por las frecuentes polémicas que generan las letras de canciones de reguetón por su contenido sexista.
Totó no esconde la incomodidad que le producen algunos géneros modernos que se quedan en lo básico, "denigrando de todo lo que está a su alrededor" y por ello sugiere que no se le pregunte sobre ese tema "porque yo voy a decir la verdad, porque yo soy 'claridosa' (clara), a mí no me meten cuentos".
En su opinión, el reguetón y otros géneros recientes son "un invento (...) para dañarle el oído a los muchachos", y zanja el asunto con una sentencia: "Y la música de Händel, de Mozart, de Tchaikovsky, esos son los que van a llegar al cielo".
La artista habló con Efe en Mompox, el pueblo Patrimonio de la Humanidad de la Unesco del que es oriunda y en el que recibió un homenaje de su gente y de la Gobernación del departamento de Bolívar en el VII Festival de Jazz que concluyó la madrugada de este domingo.
Pero ella también hizo un tributo a su gente y a su cultura con un concierto que fue un derroche de energía y música con su torrente de voz y cadencia al bailar que no han mermado con el paso de los años.
"Estoy dando una lección", afirma sobre el escenario mientras hace una demostración de su habilidad intacta para el baile y bebe un sorbo de una botella: "Es agua, no es ron", aclara antes de soltar una de sus sonoras carcajadas.
En su concierto, en el que interpretó cumbias, porros y otros ritmos caribeños como Aguacero de mayo, Te olvidé o El pescador, Totó la Momposina subrayó su línea de pensamiento.
"¿Si están entendiendo el mensaje? Música tradicional sin reguetón, con los instrumentos indicados", manifiesta.
Y es que la artista no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa también sobre los conciertos, como cuando asegura a Efe que no tiene una lista de canciones sino que interpreta lo que se le ocurre en el momento, sin necesidad de fingir que canta.
"Como nosotras las cantaoras cantamos lo que queremos entonces no hacemos la música con esos aparatos que ahora tienen, que los ponen a cantar y no están cantando, entonces yo digo 'Ah bueno, esa la vamos a cantar ya'", dice seguido de otra carcajada.
En su exitosa carrera artística de más de medio siglo, Totó la Momposina, heredera de una tradición musical que abarca cinco generaciones de su familia, ha paseado por el mundo el folclor colombiano y en 2013 fue galardonada con el Premio a la Trayectoria del Grammy Latino.
Esa es su misión, "apoyar el folclor de Colombia y de todas partes" para que perdure "para siempre porque esos son puntos de referencia", y este 14 de septiembre volverá a hacerlo con un concierto en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá.
Sobre su futuro en los escenarios, Totó se muestra clara, cantará "hasta que Dios quiera".
"Yo soy una señora grande pero con un sentimiento y un corazón joven", concluye.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
La exposición Cómo diseñar una revolución: La vía chilena al diseño, que podrá verse en el Disseny Hub Barcelona del 2 de julio al 16 de noviembre de 2025, recupera a través de 250 piezas —incluyendo las portadas de discos de la Nueva Canción Chilena— el papel fundamental del diseño gráfico e industrial en el proyecto de transformación social impulsado por Salvador Allende.
El 22 de julio, más de una docena de artistas se reunirán en Barcelona para rendir tributo a Dioptria, la obra más emblemática de Pau Riba y una de las más referenciales para la Nova Canço. Con la implicación de sus hijos; De Mortimers, la banda que lo acompaño los últimos 20; y nombres como Maria del Mar Bonet, Roger Mas, Pascal Comelade, Oriol Tramvia o Rita Payés; el concierto se plantea como una celebración única de su legado.
El periodista e investigador cubano Humberto Manduley presenta La memoria girando en la luz: Santiago Feliú en mis recuerdos, un libro que rescata la figura del trovador cubano desde la memoria personal, recorriendo su obra, sus influencias y su lugar en la canción de autor contemporánea.
Camila Guevara, joven artista cubana de 24 años nieta de Pablo Milanés y del Che Guevara, ha iniciado su carrera musical con el disco Dame flores, tras un año marcado por la pérdida de su madre, su abuelo y su padre, Camilo Guevara. A pesar del dolor, su voz y su música la han sostenido, componiendo desde emociones intensas y personales.