La calle de la lluvia
Amanece en la calle de la lluvia,
un lugar sin nombre al sur de la ciudad.
El rincón de la redada
de las casas sin pintar,
del domingo de mejenga y pulpería.
Todo pasa en la calle de la lluvia,
con su chino, su polaco y su bazar
y un ladrón de siete suelas
que en la mesa de aquel bar,
bebe un trago con su primo el policía…
Huele a pan, a basura y a colillas,
huele a gente ausente yendo a trabajar,
huele a sabanas heladas,
lamparones de humedad,
y a la pólvora de anoche en las noticias.
Amanece en la calle de la lluvia,
amanece…
Unas cuadras donde todo se decide:
Matrimonios, velas, fe y excomunión.
La enfermera y el cartero,
la princesa y el patán,
se saludan el domingo en la capilla.
Aluviones de pobreza y remolinos
le abren campo en los sucesos de las seis.
No ha quedando nada seco
ni un vestido, ni un sofá,
solo un gato se salvó, no se imagina.
Nada cambia en la calle sin historia,
sin milagros, ni poetas de postal,
sin atletas de medalla,
sin proezas que contar,
solo el golpe y el dolor tras la cortina.
Amanece en la calle de la lluvia,
amanece…
Soy lo que soy lo que puedo ser,
la que escucha disparos al amanecer,
la que sale de casa sin saber,
si algún día va a volver.
La que roba naranjas,
la que hecha a correr,
apretando lo robao
y se esconde en el mercao,
mientras cae la noche.
La que mira el derroche de esta cuidad
que se gasta millones en un bulevar,
mientras llueve que llueve en mi vecindad.
Y se inunda la escuela, y se inunda el portal,
y se inunda mi vida de inseguridad,
entre la maldad y la soledad.
Casi nadie se aventura a conocerla,
casi nadie se equivoca tanto así,
nuestra calle, no señor, no está en el mapa,
la autopista pasa cerca, eso sí.
Amanece en la calle de la lluvia
y no sé si nunca vuelva a amanecer,
aunque griten los relojes que es de día,
está oscuro todavía
pero el sol irá a salir.
Amanece en la calle de la lluvia,
amanece…
Soy lo que soy, lo que no quieren ver
los turistas cuando salen a conocer
el paraíso ambientalista.
Soy lo que soy, lo que no quieren ver,
en la calle, en el semáforo
en el lobby del hotel.
Soy lo que soy, lo que el mundo me ha hecho
pero tengo derecho
yo no sé ni de qué.
Soy lo que soy, soy lo que soy,
si me buscan me encuentran
en la calle estoy.
un lugar sin nombre al sur de la ciudad.
El rincón de la redada
de las casas sin pintar,
del domingo de mejenga y pulpería.
Todo pasa en la calle de la lluvia,
con su chino, su polaco y su bazar
y un ladrón de siete suelas
que en la mesa de aquel bar,
bebe un trago con su primo el policía…
Huele a pan, a basura y a colillas,
huele a gente ausente yendo a trabajar,
huele a sabanas heladas,
lamparones de humedad,
y a la pólvora de anoche en las noticias.
Amanece en la calle de la lluvia,
amanece…
Unas cuadras donde todo se decide:
Matrimonios, velas, fe y excomunión.
La enfermera y el cartero,
la princesa y el patán,
se saludan el domingo en la capilla.
Aluviones de pobreza y remolinos
le abren campo en los sucesos de las seis.
No ha quedando nada seco
ni un vestido, ni un sofá,
solo un gato se salvó, no se imagina.
Nada cambia en la calle sin historia,
sin milagros, ni poetas de postal,
sin atletas de medalla,
sin proezas que contar,
solo el golpe y el dolor tras la cortina.
Amanece en la calle de la lluvia,
amanece…
Soy lo que soy lo que puedo ser,
la que escucha disparos al amanecer,
la que sale de casa sin saber,
si algún día va a volver.
La que roba naranjas,
la que hecha a correr,
apretando lo robao
y se esconde en el mercao,
mientras cae la noche.
La que mira el derroche de esta cuidad
que se gasta millones en un bulevar,
mientras llueve que llueve en mi vecindad.
Y se inunda la escuela, y se inunda el portal,
y se inunda mi vida de inseguridad,
entre la maldad y la soledad.
Casi nadie se aventura a conocerla,
casi nadie se equivoca tanto así,
nuestra calle, no señor, no está en el mapa,
la autopista pasa cerca, eso sí.
Amanece en la calle de la lluvia
y no sé si nunca vuelva a amanecer,
aunque griten los relojes que es de día,
está oscuro todavía
pero el sol irá a salir.
Amanece en la calle de la lluvia,
amanece…
Soy lo que soy, lo que no quieren ver
los turistas cuando salen a conocer
el paraíso ambientalista.
Soy lo que soy, lo que no quieren ver,
en la calle, en el semáforo
en el lobby del hotel.
Soy lo que soy, lo que el mundo me ha hecho
pero tengo derecho
yo no sé ni de qué.
Soy lo que soy, soy lo que soy,
si me buscan me encuentran
en la calle estoy.
Versión de Malpaís
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Esta canción aparece en la discografía de
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