53 Festival de Cosquín 2013
Otra noche en el Festival de Folklore. Algunos lujos y romance en la segunda luna
Luciano Pereyra coronó con su regreso una plaza con menos gente que el día anterior, pero muy entusiasta. El trío MJC, El dúo Orozco Barrientos, los ganadores del pre Cosquín La Biaba y Rafael Amor pusieron el toque de calidad a una noche con una grilla muy pareja.
Luciano Pereyra coronó con su regreso una plaza con menos gente que el día anterior, pero muy entusiasta. El trío MJC, El dúo Orozco Barrientos, los ganadores del pre Cosquín La Biaba y Rafael Amor pusieron el toque de calidad a una noche con una grilla muy pareja.
Luciano Pereyra en la segunda luna de Cosquín.
© Paul Amiune
Bajo un cielo algo nublado, —como se mantuvo durante el día en el Valle de Punilla—, la segunda luna del festival de Cosquín no tuvo acaso el brillo artístico de la noche inaugural y sin embargo, el público tuvo una buena dosis de efervescencia, que mantuvo en alto la noche. Fue la luna del egreso de Luciano Pereyra, quien ausente en los escenarios durante dos años por una enfermedad, regresó con un espectáculo donde repasó su carrera musical.
Los Guaraníes fueron los encargados de la apertura, seguidos por el trío Luna Payecera; los primeros pusieron en alto la noche y el público les brindó el marco necesario con coros y palmas. Los Litoraleños, —al igual que Amandaye un rato más tarde— despertaron un sonido que hasta el momento no se había escuchado en esta edición del festival: el chamamé. Los 4 de Córdoba celebraron un año más de carrera (ya son 44) levantando de sus asientos a una platea saludadora (los carteles en alto, característicos) ocupada en un setenta por ciento, que más tarde alcanzaría con un alto porcentaje de jovencitas y familias dispuestas a escuchar al cantor de Luján. Belén Mackinlay debutó en la Próspero Molina con buen recibimiento, el mismo le dieron a Paola Bernal y al poeta Daniel, a continuación.
El tango fue interpretado por artistas que le pusieron la dosis de lujo a la noche: por un lado, el Trío MJC (Ciavatini, Martínez, Jaurena) en formato orquesta (con Damián Torres en bandoneón como uno de los invitados). Los cordobeses cerraron con Libertango de Ástor Piazzolla y estrenaron dos temas propios: Parque de los Deseos y Borravino, un anticipo del disco que lanzarán en este año. Por otro lado, los ganadores del Pre Cosquín en el rubro instrumental, “Orquesta La Biaba”, que con buen recibimiento de parte del público, recordaron el debut de los también pre- MJC. Otro lujo: lo de Tilín Orozco y Fernando Barrientos una vez finalizado el show de Luciano Pereyra, con esa personal manera de hacer para cuyo un lugar sobre el escenario. Más: Milena Salamanca, una artista que crece, y otro de los lujos que nos da Cosquín, la presencia de Rafael Amor y su compromiso de siempre ante el aplauso de todos, la Delegación de Santiago del Estero y el recuerdo al dúo Suárez–Palomo (con la presencia del primero), y Leandro Lovato, Cuti y Roberto Carabajal, Sentires, Murmullo y Amandaye recorriendo musicalmente el país con buenas dosis de palmas y baile.
Cerca de las dos de la mañana, Luciano Pereyra subió al escenario Atahualpa Yupanqui, mientras la imagen de Horacio Guarany ilustraba el homenaje que propondría el comienzo del show. Memorias de una vieja canción sonó en la voz de Pereyra y las luces tenues del escenario acompañaron el clima de encendedores y miradas enamoradas. El romanticismo del encantador de niñas y adolescentes, colmó por más de una hora la plaza repleta, al son de sus grandes éxitos. Hubo sonrisas, baile, emoción y un trío de rubias bailarinas coronando el Así, así.
Luego, la noche continuaría, mientras en la sala de prensa Luciano contaba detalles del regreso. Fue su noche en Cosquín, como hace años. Pero en esta luna también hubo de esos artistas que, sin estridencias y desde el talento, brillan con luz propia.
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