Novedad discográfica
Tato López: «Así, de pronto», me ha sorprendido
A veces me pregunto si los hombres y las mujeres que componen, interpretan y graban canciones son conscientes de lo que acontece con ellas cuando, de alguna forma, dejan de pertenecerles; es decir, cuando esas canciones se echan a volar, y llegan a los oídos y al corazón de otras personas despertando en ellas inesperadas emociones y sentimientos; y digo inesperadas porque tampoco cuando escuchamos una canción por primera vez somos conscientes de lo que nos va a poder suscitar o remover interiormente.
A veces me pregunto si los hombres y las mujeres que componen, interpretan y graban canciones son conscientes de lo que acontece con ellas cuando, de alguna forma, dejan de pertenecerles; es decir, cuando esas canciones se echan a volar, y llegan a los oídos y al corazón de otras personas despertando en ellas inesperadas emociones y sentimientos; y digo inesperadas porque tampoco cuando escuchamos una canción por primera vez somos conscientes de lo que nos va a poder suscitar o remover interiormente.
Portada del disco «Ritmo de arena» de Tato López.
Tato López
Amparo Carballo Blanco
Tato López
Tato López
Formulo esa reflexión en el inicio de este artículo, para explicar, y que se entienda, el profundo respeto que le tengo a cualquier disco o canción que me llega —que cada vez son más— para que realice su escucha... Por lo general nunca tengo prisa en hacerlo; yo soy de los que piensa que cada disco, para poder disfrutarlo de verdad, requiere su "tempo" y su momento para la escucha...; sé que solo así puede llegar a emocionarme y a sorprenderme, que en el fondo, y a fin de cuentas, es lo importante.
Pues bien, hace días recibí un disco titulado Ritmo de arena del que es autor Tato López—cantautor madrileño, afincado en Santiago de Compostela—. Durante un tiempo ha estado sobre mi mesa de trabajo y ayer sentí —pura intuición— que había llegado el momento de relajarme, de acurrucarme en mi rincón favorito y de ponerme a escucharlo.
De entrada he de darle las gracias a mi intuición porque justo ayer Tato, con sus canciones, consiguió inyectarme una bocanada de alegría y de optimismo que estaba necesitando —por otra parte, en bastantes momentos, llegó a emocionarme—. Dos fueron los motivos fundamentales que provocaron en mí esa experiencia:
El primero la riqueza y la variedad musical que el disco transpira. Durante mi audición, las canciones iban avanzando y avanzando de sorpresa en sorpresa: del blues al son cubano, o del tango al swing; y toda esa plurimusicalidad hermosamente arreglada y orquestada. (A propósito de ello quiero mencionar a los músicos que tan brillantemente han participado en la grabación: Airan Beltrán, Thomas Martínez, Leonel Aleaga, Fernando A. Figueroa Pereira, Nacho Carrero y a los coros: Mª Ángeles Iglesias).
El segundo motivo por el que me prendió el disco de Tato López fue la diversidad y la riqueza temática de sus contenidos poÉticos. Se nota perfectamente que es un "cantautor" de largo recorrido y que sabe mucho de aquello que el gran Miguel Ángel Morelli calificaba como "cantor de oficio". Tato en su disco navega desde hermosísimas canciones de amor de gran calidad literaria —ajenas a las tan de moda pa'cortarse las venas, oportunamente explotadas por algunos ¿cantautores? de moda—; a canciones insumisas contra graves problemas sociales como las guerras o el maltrato; o canciones construidas sobre textos poéticos, por ejemplo, de Mario Benedetti (La secretaria ideal) o de Amparo Carballo Blanco (Así de pronto, poema que recoge esta hermosa expresión de Luis Cernuda: "Recuérdalo tú y recuérdalo a otros").
«ASÍ, DE PRONTO,
como quien dice cuatro días,
el mundo tiene motivos
para amanecer atardecido.
Después de la tormenta
de palabras
fue la lluvia:
misiles sobre Bagdad.
Conmoción y Espanto:
florecen
amapolas de odio,
maduran
almendras amargas.
La guerra inunda todo.
Y la primavera desangrada
se duele,
grita angustiada en Irak.
¡Ya no hay casas
ni queda un alma viva!
¡El territorio está libre
de inquilinos, General!
El cielo es un infierno.
Y nadie hay, nadie habita
el alba silenciosa
de los almendros
que se visten de luto
por la Paz abatida
sobre Bagdad».
("Así de pronto".
Amparo Carballo Blanco / Alberto López).
Entre las canciones de amor compuestas por Tato López (Alberto López); esas a las que antes clasificaba como para no cortarse las venas, o sea, de calidad y no prefabricadas para fans; me gustaría destacar dos; esas canciones son las tituladas Bienvenida y Tuvo que haber, canción que considero de enorme genialidad.
«Bienvenida la aurora del día que veo crecer
una ventana se ha abierto al mundo otra vez
y me llevas por el aire y me dices: Sube donde yo estoy
que tengo jardines de flores con aroma para florecer.
Bienvenida la tarde y el rayo de luz en tu piel,
una rendija en tu pelo y el rizo que me besa después.
Y te llevo por el aire y te digo sube donde yo estoy
Que tengo una tierra nueva con aroma para florecer.
Bienvenida la noche que salva la oscuridad con tus pies;
por debajo de mi ventana entre la luna y tu miel.
Y vamos en cadencias de tiempo
salvando la vida en un color a la vez,
En un país que inventamos con aroma para florecer».
(Bienvenida).
«Tuvo que haber, dentistas para dos mil años de dolor,
cenizas donde antes hubo calor, tuvo que haber.
Tuvo que haber, piratas para tesoros sin control,
carpinteros y oportunistas, políticos pa engañar la población,
tuvo que haber poetas que explicarán corazón,
dioses para entender la muerte,
tuvo que haber culpa para saber lo que es pedir perdón.
Tuvo que haber, cien caminos escondidos,
mil noches de amor en la tierra,
para habernos encontrado en esta habitación.
Tuvo que haber, cien caminos escondidos,
mil noches de amor en la tierra,
hasta llegar a tu corazón.
Tuvo que haber, ciudades, puentes, albañiles,
huelgas, látigos, patrón,
tuvo que haber luchas, sortilegios,
el Ché, fronteras y revolución.
Tuvo que haber, gigantes doblegados,
pirámides, guillotinas, barcos con banderas,
sur a merced de la inflación.
Tuvo que haber, alquimistas, civilizaciones,
guitarras, noches en vela, que inventaran la canción.
Tuvo que haber, cien caminos escondidos,
mil noches de amor en la tierra,
para habernos encontrado en esta habitación.
Tuvo que haber, cien caminos escondidos,
mil noches de amor en la tierra,
hasta llegar a tu corazón».
(Tuvo que haber).
Dicho todo lo anterior, tal vez lo que falta por decir es que os hagáis con el disco, lo compréis y busquéis el buen momento para disfrutarlo... Por cierto Tato López va a presentar Ritmo de arena en Barcelona, dentro del Festival de BarnaSants; será el 17 de marzo en Harlem Jazz Club.
Y concluyo este artículo con una de las canciones que aparecen en el disco y que me gustaría dedicársela a su señoría Toni Cantó —¡impresentable!— para que aprenda, sienta —si es que puede— y se avergüence de sus palabras (Cada día me siento mas alejado e incrédulo respecto a la catadura moral del mundo y de la realidad de muchos de nuestros políticos oportunistas y de salón; entre ellos el tal Toni).
«Ella, que vertió su risa,
ella tu beso y tu ventana,
ella rosa, pilar y silva,
ella, morada, amor, tu puerta.
Ella, hogar con una marca,
ella, sin saber que hacer,
ella todo gira al revés,
ella con el enemigo en casa.
Ella, que busca salida a la fiera,
ella, con el miedo a la espalda,
ella, fuente de vida
ella el tiempo que no espera.
Ella, historia oscura de celos,
ella, cárcel de piel,
ella preparando la huida
con la fuerza de su fe.
Y la calma se volvió espada,
la mano de hiel y acero,
el beso amenaza y bofetada,
el amor una guadaña,
la palabra un bombardeo.
El deseo un traje enfermo,
una ley envuelta en sangre,
una mujer más en el cementerio».
El festival BarnaSants rinde homenaje al compositor griego, símbolo mediterráneo de lucha, la libertad y el antifascismo, con un gran recital que reúne a artistas de distintas disciplinas como Maria del Mar Bonet, Manolo García, Juan Valderrama, Kostas Triantafillidis o Manolis Andraoulidakis; y que pone en valor su obra musical y su compromiso político.
La cantautora chilena Magdalena Matthey combina en Instinto raíces latinoamericanas con sonoridades setenteras y cuenta con las colaboraciones destacadas de Natalia Lafourcade y Tata Barahona.
El cantautor chileno Nano Stern vuelve a Europa con Inventemos un país, una gira en la que presentará en el festival BarnaSants el disco grabado en homenaje a Víctor Jara y ofrecerá un repaso por las canciones más emblemáticas de su repertorio, junto a un homenaje a los grandes referentes de la canción popular chilena como Violeta Parra, Patricio Manns y el propio Jara.
Albert Pla presenta Todo me va bien, el primer adelanto de su próximo disco — que verá la luz a finales de este año—, una inesperada colaboración con Kase.O que combina humor, crítica social y un estribillo tan irónico como pegadizo.
El cantautor uruguayo Jorge Drexler y el músico argentino Conociendo Rusia se reúnen por primera vez en estudio para dar forma a Desastres fabulosos, un sencillo independiente que cuenta con Leiva, Meritxell Neddermann y Jordi Matas, y que llega acompañado de un videoclip dirigido por Joana Colomar.