Celebraciones del 25 de Mayo en Argentina
Tradición y diversidad en la masiva celebración en Plaza de Mayo
Artistas esenciales de la música argentina de diversos lenguajes y tradiciones como Lito Nebbia, Juan Carlos Baglietto, Pedro Aznar, Peteco Carabajal y Bersuit Vergarabat encabezaron la multitudinaria fiesta "Patria Popular" a modo de celebración del 25 de mayo de 1810, en la histórica Plaza de Mayo.
Artistas esenciales de la música argentina de diversos lenguajes y tradiciones como Lito Nebbia, Juan Carlos Baglietto, Pedro Aznar, Peteco Carabajal y Bersuit Vergarabat encabezaron la multitudinaria fiesta "Patria Popular" a modo de celebración del 25 de mayo de 1810, en la histórica Plaza de Mayo.
La Casa Rosada
© Raúl Ferrán/Télam
Télam - Las sonoridades sembradas por Ástor Piazzolla, Charly García o Mercedes Sosa, que dejaron huellas e influyeron a generaciones de músicos y oyentes, fueron condensadas en el espectáculo Somos Cultura, producido por el pianista Lito Vitale, que ocupó el segmento central de la celebración.
Un mosaico de 25 canciones —interpretas por 25 sets artísticos diferentes— se desplegó sobre el escenario para condensar en sólo 90 minutos la riqueza sonora de la argentina.
"Por idiosincrasia, el tango y el folclore son las vertientes musicales de la Argentina; pero por el peso de la inmigración esas corrientes se enriquecieron", reflexionó Litto Nebbia, fundador del movimiento inicial del rock argentino.
Desde las 16 y hasta la noche desfilaron por el escenario de Plaza de Mayo un numeroso colectivo de artistas con propuestas artísticas de toda laya.
La sucesión de músicos se inauguró con la cantante Hilda Lizarazu y su interpretación de Inconsciente colectivo, para luego seguir con El témpano, a cargo de Juan Carlos Baglietto y Silvina Garré, representantes de la trova rosarina.
Opus 4 hizo la necesaria referencia a Ástor Piazzolla con Libertango; Patricia Sosa apeló a los orígenes con Juana Azurduy, mientras que Tonolec y Palo Pandolfo repusieron Sudamérica, aquel himno de Arco Iris.
El legado de María Elena Walsh fue invocado a través de Como la cigarra, por Susana Rinaldi y el dúo Orozco-Barrientos, mientras que la figura de Carlos Carabajal, el padre de la chacarera, fue tributada por Peteco y la Orquesta de Los Amigos de Chango.
Horacio Fontova y Kevin Johansen refrendaron el sentir latinoamericano con Sur o no sur y La Bomba de Tiempo, Liliana Vitale y Gabo Ferro levantaron al público con El himno de mi corazón, de Miguel Abuelo.
Litto Nebbia apostó al consolidado Sólo se trata de vivir; Fabiana Cantilo y Emme eligieron el más reciente Meteoritos; y Sandra Mihanovich y Alejandro Lerner, con Prohibido prohibir ensayaron un tributo a la poética de Eladia Blázquez.
Adriana Varela y Pedro Aznar le pusieron voz a El otro país, aquella inmensa composición de Teresa Parodi que supo consagrar Mercedes Sosa.
Carajo cambió abruptamente el registro con la crudeza de Sacate la mierda; Víctor Heredia e Ignacio Copani retomaron el terreno de la canción con Todavía cantamos; y Glays, 'la Bomba tucumana', comenzó a preparar el clima final con No me arrepiento de este amor, de Gilda, y La pollera amarilla.
El desenlace quedó a cargo de Bersuit Vergarabat, que combina el pulso de la cumbia, gesto rockero y letras con testimonio.
La argentinidad al palo, El viento trae una copla y Yo tomo dieron forma a una clausura potente y a puro baile.
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