15 Festival Cosquín Rock 2015
El Salmón enloqueció a 30 mil espectadores en la primera noche del Cosquín Rock
El cantante y compositor argentino Andrés Calamaro fue el encargado de cerrar la primera jornada de la 15ª edición del festival, encuentro que con carácter nacional reúne a bandas emergentes y consagradas del género, con un show que dejó a más de uno con ganas de seguir escuchando más clásicos de su historia.
El cantante y compositor argentino Andrés Calamaro fue el encargado de cerrar la primera jornada de la 15ª edición del festival, encuentro que con carácter nacional reúne a bandas emergentes y consagradas del género, con un show que dejó a más de uno con ganas de seguir escuchando más clásicos de su historia.
Andrés Calamaro, «El Salmón», enloqueció a 30 mil espectadores en la primera noche del Cosquín Rock.
© Gabriela Lescano/Télam
Télam - El ex líder de Los Rodríguez regaló un inicio extremadamente energético junto a su banda: Sergio Verdinelli en batería, Baltasar Comotto, Julián Kanevsky y Mariano Domínguez en guitarra y Germán Wiedemer en teclados.
Andrés Calamaro decidió desgranar furiosamente los acordes de Alta suciedad, canción incluida en el disco homónimo que publicó en 1997, y continuar, acompañado por la misma intensidad y precisión, con "El Salmón", tema que logró hacer palpitar a una multitud de niños, jóvenes y personas de la cuarta década.
Porque si hay dos cosas que caracterizan artísticamente a Calamaro es la facilidad de penetración y la vigencia musical que se cuela y atraviesa diferentes generaciones, cada una de ellas enmarcada en una etapa diferente de su vida, pero que sin embargo mantiene viva la misma esencia, desde su comienzo Con Raíces, en 1980, año tras año y formación tras formación.
La lista de temas que sorprendió y alegró a los 30 mil espectadores que latieron e hicieron las veces de coros, contempló también temas de su último disco, Bohemio, como Doce pasos, Nacimos para correr, Cuando no estás y Rehenes, entre otras, y delimitó un momento del show para invitar a desacelerar motores.
Entre los clásicos que movieron los recuerdos del público mayor, Calamaro interpretó Mi enfermedad, la siempre dulce y emotiva Todavía una canción de amor, que se ganó más que una piel de gallina, al igual que Paloma, y otras con menos trayecto pero igualmente impactantes como Estadio azteca y Loco.
Otro instante emotivamente potente estuvo marcado por el hermoso Flaca, cuasi recitado por el público y con una cortina de lluvia que engalanó cada acorde, sucesor de Volver, una versión con la que Calamaro mantuvo presente a Carlos Gardel, para finalmente despedirse, después de interpretar Los Chicos, con Sucio y desprolijo, otro homenaje pero en esta ocasión al padre del blues, el fallecido Pappo.
Sobre el mismo escenario pero una hora antes, pasaba Babasónicos con Adrián Dárgelos a la cabeza, Panza Castellano en batería, Mariano Roger y Diego Rodríguez en guitarras, Diego Tuñon en teclados, Tuta Torres en bajo y Carca en guitarra y percusión, que antes había estado presentándose junto a su banda en el escenario Alternativo, endiablando los acordes de Vos no tenés un buen look, y mostrando su costado más sensible con los más íntimos blues.
Si bien el show del septeto comenzó sin la energía suficiente ni el volumen necesario para volarle la cabeza al público, como lo consigue usualmente, supo remontar la situación y pasearse selectivamente por su vasta discografía, contemplando éxitos como Y qué, Fizz, Risa, Desfachatado, Carismático y Sin mi diablo.
También se dio un espacio para interpretar canciones quizá no tan resonadas pero igualmente pegadizas y bailables como Los burócratas, Flora y fauno, La Lanza, Run run y El baile de Odín, entre más, sin dejar espacio a quejas.
Los Auténticos Decadentes, otra banda protagonista de la noche, alegró y llenó de color el predio fusionándolo con una atmósfera alegre y un público participativo que no hizo otra cosa que bailar mientras acompañaba la voz de Cucho.
Como me voy a olvidar inauguró el antepenúltimo show del escenario principal y al igual que la mayoría de las canciones que integraron el repertorio, la premisa festiva se esparció con Somos, Los Piratas, Pendeviejo, Viviré por siempre y La prima lejana, entre otros clásicos del "frontman" que usualmente opta por vestir trajes atigrados.
Infaltable en cualquier celebración, entre otras, Vení Raquel encendió aún más a los espectadores que no sólo disfrutaban de la banda sino que también se divertían y coreaban Besándote, Entregá el marrón y Osito de peluche, solo por nombrar algunas del amplio repertorio.
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