«Dos Amigos, un Siglo de Música»
Caetano Veloso y Gilberto Gil encienden en Santiago una helada noche de otoño
Dos de los más grandes cantautores brasileños, Caetano Veloso y Gilberto Gil, para muchos ya una leyenda, supieron la noche del martes encender con sus canciones una helada jornada de otoño en la capital chilena.
Dos de los más grandes cantautores brasileños, Caetano Veloso y Gilberto Gil, para muchos ya una leyenda, supieron la noche del martes encender con sus canciones una helada jornada de otoño en la capital chilena.
Los cantautores brasileños Caetano Veloso y Gilberto Gil fueron registrados este martes durante una presentación de su gira «Dos Amigos, un Siglo de Música», en el Movistar Arena de Santiago de Chile.
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EFE - Es más, quince minutos antes de que arrancaran con su repertorio, una fuerte granizada se dejó caer en el centro de Santiago, quizás el preludio de lo que sería la presentación de estos colosos de la música que en la década del '70 se vieron obligados a exiliarse en Londres debido a la dictadura que asolaba Brasil.
Ay Amor, Corazón Vagabundo y Tropicália fue el inicio de un largo concierto en la que unas 30 canciones fueron interpretadas por estos genios, ganadores de varios Grammy.
En un escenario despojado de cualquier artificio, y solo acompañado por sus guitarras, una pequeña mesa con dos vasos de agua y sus voces, Caetano Veloso y Gilberto Gil, se dieron el gusto de hacer soñar y cantar a las miles de personas que llegaron a disfrutar de su presentación.
Los primeros seis temas fueron escuchadas en un "profundo" silencio, un público absorto que parecía no convencerse de que al frente de ellos tenían a los más grandes intérpretes del bossa nova, el rock, el reggae y la música brasileña, toda aquella que envuelve de pies a cabeza.
Con la siguiente batería de canciones, el público comenzó a despertar: Tonada de luna llena, As camélias, Come prima, interpretada enteramente en italiano y Terra, que cantó todo el mundo.
Posteriormente, Gilberto Gil, interpretó la romántica creación del compositor cubano, Osvaldo Farrés, Tres palabras que le significó una ovación de varios minutos.
A continuación con Nossa Gente (Avisa Lá) hicieron cantar nuevamente a parte del público repitiendo varias veces el estribillo de la canción, una fórmula que repitieron con Desde que o Samba é Samba.
Casi al final de su presentación, Gil y Caetano, que disfrutan de una fascinación mutua, como si fueran los mejores espectadores del concierto, interpretaron A luz de tieta, un tema de mucho movimiento, que pese a ser acompañada solo con guitarras sin ningún tipo de percusión, no pierde su ritmo frenético.
Al final del tema el público termina realizando un coro fantástico, mientras los dos comienzan a bailar y a caminar hacia el interior del escenario despidiéndose de Chile.
Sin embargo, casi diez minutos de aplausos y silbidos y sin que ningún espectador se moviera del asiento, Veloso y Gil, retornaron al escenario para interpretar otros dos temas.
Los dos artistas que se miraron y sonrieron con mucha complicidad mientras tocaban y cantaban, se dieron un beso, un gesto, que aunque el público no lo quiera, fue la despedida definitiva de estos dos grandes talentos de la música.
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