Vuelve a Sevilla la poesía de Manuel Alcántara hecha canción

La Vida en Flamenco con Mayte Martín

por María Gracia Correa el 30/10/2018 

El teatro Távora de Sevilla acaba de inaugurar un ciclo de conciertos bajo el título La Vida en Flamenco con una protagonista excepcional, Mayte Martín, que acompañada por su guitarra y un elenco de cuatro músicos ha traído a la ciudad su obra alCANTARaMANUEL, que en 2008 fue presentada en el marco de la Bienal de Flamenco, en el Teatro Lope de Vega. La cantaora contó con una extraordinaria artista invitada, Belén Maya, que a través del baile supo representar en toda su grandeza la luz y la estética de los tres temas en los que intervino.

La Vida en Flamenco con Mayte Martín.

Mayte Martín y Belén Maya

© Mª Gracia Correa

Mayte Martín y su banda.

© Mª Gracia Correa

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La noche del pasado jueves 25 de octubre volvió Mayte Martín a Sevilla, a entregarnos su sensibilidad y sus canciones, a regalarnos su voz y su música, poniéndolas al servicio de la poesía, acercando Málaga a Sevilla con los poemas de ese niño del 40 que es Manuel Alcántara. Las letras del escritor malagueño nos retrotraen a su Málaga natal, desde donde rememora a su paisano el poeta Manuel Altolaguirre, y nos devuelven una vez más la figura de Miguel Hernández a través de un bellísimo homenaje, que en la voz de Mayte y con el epílogo de la percusión de Chico Fargas que deja flotando en el aire el pálpito del poeta, se hace enormemente conmovedor.

Fue una noche mágica la que se vivió en el recinto, un pequeño teatro situado en una antigua nave de HYTASA, vestigio de la industria textil sevillana, en un barrio obrero de la ciudad: El Cerro del Águila, recuperada por Salvador Távora y la emblemática compañía de teatro La Cuadra de Sevilla y actualmente dirigido por María Távora. Sin prácticamente ninguna difusión ni publicidad, se realizó este concierto entrañable que nos volvía a traer Mayte después de diez años de su estreno encuadrado en la Bienal de Flamenco del año 2008. Diez años hace y aún lo recuerdo como un espectáculo excepcional y emocionante, que dejó una profunda huella.

La artista venía acompañada de su guitarra y de un elenco de cuatro músicos, cuatro maestros, casi todos compañeros de muchos años y alguno de reciente incorporación: Chico Fargas a la percusión, Guillermo Prats al contrabajo, Biel Graells al violín y Alejandro Hurtado a la guitarra. También contaba el espectáculo con una artista invitada, una figura de lujo que aportó con su baile nuevos matices a un espectáculo ya de por sí rico artística y sentimentalmente. Belén Maya exhibió su arte en tres canciones, adaptando su vestuario al intimismo requerido por cada tema, desde un traje flamenco en la primera de sus apariciones, hasta un atuendo negro acorde al tango argentino en la representación de la canción Manuel o un vestido exclusivo para No sabe el mar que es domingo. La actuación de la bailaora fue exquisita, la estética de sus movimientos era seguida en total y absoluto silencio por un público emocionado, y tras ella, al fondo, la música y la voz de Mayte cediéndole todo el protagonismo al baile. Un espectáculo de impresión.

Mayte Martín desarrolló su repertorio siguiendo escrupulosamente el orden de una obra inalterable que expresa, como la artista explicó al comienzo, una cronología en la vida del poeta Manuel Alcántara. Fue presentando cada canción con emoción, con simpatía, con la tranquilidad que le da saber que su público la estima y la respeta al máximo, a ella y a su trabajo, y con la maestría de quien lleva una vida dedicada al cante y a la composición. Fue emocionando y enamorando al público canción a canción, con su voz, delicada y suave o potente y rompedora, enfatizando cada palabra, cada texto, siempre acompañada por la complicidad de sus músicos. Por la mar chica del puerto abrió la puerta a un recital impresionante que terminó con No pensar nunca en la muerte. Entre ambas canciones toda la esperanza, el amor, la poesía, los recuerdos, A Miguel Hernández, Le gustaban pocas cosas, En aquel tiempo, Excusas a Lola, Manuel, No sabe el mar que es domingo, La paloma de Picasso, Al sur de los limones, el desgarrador grito con el que comienza el tema Carnet de identidad que estremeció a un auditorio que ya tenía el corazón en un puño: Nadie me avisó, más tarde o más temprano supusieron que lo aprendería, nadie me dijo: Riega la alegría, los muertos son terreno de secano…” y la delicadeza de Niño del 40: “No se estaba ya en guerra aquel verano, mi padre me llevaba de la mano, yo estudiaba segundo de jazmines..

En febrero de 2017 Mayte nos presentó en el teatro Lope de Vega su trabajo más reciente: Tempo Rubato, que posteriormente plasmaría en un disco que es una joya, como toda la obra de la cantaora, lleno de sentimiento, y perfecto en su materialización. En Tempo Rubato, Mayte Martín nos presentaba canciones de amor que ha compuesto a lo largo de su vida. En esta ocasión ha vuelto a Sevilla con otras canciones de amor, las inspiradas en los poemas del poeta malagueño Manuel Alcántara, incluidas en su disco alCANTARaMANUEL, canciones cuya vigencia es permanente, las ha recuperado y nos las ha ofrecido nuevamente diez años después, igual de actuales, igual de puras e igual de mágicas.

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