Carta al rey Melchor
Mi majestad:
Espero no ofenderlo ni irritarlo, majestad
pero mi deseo es casarme con su hijita, majestad
quizás sea una osadía pedir la mano de su hija
y no me creáis oportunista ni un playboy, mi majestad
no pretendo enriquecerme ni quiero palacios ni pajes ni yates
ni quiero ser duque o tener chamberlanes no deseo aprovecharme ni robarle nada
es cuestión de amor que estoy loco de amor por la princesa, majestad
entiéndalo rey mío por favor compréndalo
aunque sea soberano supongo que será humano
como el resto de sus siervos también tendrá sentimientos
yo sé que vos realmente también os cagáis y folláis y sudáis como yo esto es real.
Así que présteme un poquito de atención
le hablaré francamente frente a frente, majestad
quizá yo no sea el yerno que soñó, mi majestad
nunca tuve dinero ni soy conde o caballero, no llego ni a hidalgo, ciudadano raso
mi estirpe no es noble pero mi nobleza me obliga a decirle la verdad
sería mentirle si digo que tengo respeto por la monarquía
siempre me he cagado en las dinastías y en las patrias putas, la banderas sucias
los reinos de mierda y en la sangre azul, mi majestad
ahora es el real decreto del corazón, mi majestad
que me arrastra y que reniegue por amor, mi majestad
pues si la fe mueve montañas, el amor remueve el alma
y hasta el ser más consecuente ante el amor pierde su honor
Yo por amor soy capaz de mandar a la mierda mis firmes principios de republicano
cambio de camisa y rindo pleitesía a la monarquía
que viva el amor que me convirtió en su esbirro majestad
sólo pensar que quisierais ser mi suegro majestad
yo ya le adoro yo le adulo y hasta le beso en el culo
le prometo ser bueno un digno yerno, majestad
si me caso me transformo como en ese cuento
aquel sapo que por un beso se convirtió en príncipe encantado
y así por un beso de su princesita
también yo me vuelvo en todo lo que usted quiera
seré su súbdito amado su sumiso esclavo
su obediente criado su subordinado y devoto lacayo
le juro ante dios y ante el cielo y la Biblia
¡Que viva el rey viva el rey
que viva la monarquía!
Versión de "Vida y milagros"
Mi majestad:
Espero no ofenderlo ni irritarlo, majestad
pero mi deseo es casarme con su hijita, majestad
quizás sea una osadía pedir la mano de su hija
y no me creáis oportunista ni un playboy, mi majestad
no pretendo enriquecerme ni quiero palacios ni pajes ni yates
ni quiero ser duque o tener chambelanes no deseo aprovecharme ni robarle nada
es cuestión de amor yo que es que estoy loco de amor por la princesa, majestad
entiéndalo rey mío por favor compréndalo
aunque sea soberano yo supongo que sois humano
como el resto de sus siervos también tendréis sentimientos
yo sé que vos realmente también os cagáis y folláis y sudáis como yo esto es real.
Así pues présteme un poquito de atención
le hablaré francamente frente a frente, majestad
quizá yo no sea el yerno que soñó, mi majestad
nunca tuve dinero ni soy conde o caballero, no llego ni a hidalgo, ciudadano raso
mi estirpe no es noble pero mi nobleza me obliga a decirle la verdad
sería mentirle si digo que tengo respeto por su monarquía
siempre me he cagado en toa su dinastía y en su puta patria, su sucia bandera
su reino de mierda y en su sangre azul…
pero ahora el real decreto del corazón, mi majestad
que me arrastre y que reniegue por amor, mi majestad
pues si la fe mueve montañas, el amor remueve el alma
y hasta el ser más consecuente ante el amor pierde su honor
Yo por amor soy capaz de mandar a la mierda mis firmes principios de republicano
cambio de camisa y rindo pleitesía a la monarquía
que viva el amor que me convirtió en su esbirro, majestad
sólo pensar que quisierais ser mi suegro, majestad
yo ya le adoro yo le adulo y hasta le beso en el culo
le prometo ser bueno un digno yerno, majestad
si me caso me transformo como en ese cuento
aquel sapo que por un beso se convirtió en príncipe encantado
y así por un beso de su princesita
también yo me vuelvo en todo lo que usted quiera
yo seré su súbdito amado su obediente criado
su esclavo su lacayo…
le juro ante dios y ante el cielo y la Biblia
¡Que viva el rey!
¡Que viva el rey!
¡Que viva la monarquía!
Titulada inicialmente "Carta al rey"
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