Javier Krahe
«Quise ser Tarzán, pero sabía que eso no era un oficio»
Cantautor. No llegó a rey de los monos. Y, por más que se empeñen los integristas católicos, tampoco fue nunca cocinero de cristos.
Cantautor. No llegó a rey de los monos. Y, por más que se empeñen los integristas católicos, tampoco fue nunca cocinero de cristos.
Por Juan José Téllez para Público
Javier Krahe (Madrid, 1944) ya dejó escrito y cantado qué quiso ser de mayor:
"En el desván
donde mis sueños están
desde edad muy temprana,
aún guardo el plan
de vivir como Tarzán,
saltar de liana en liana".
"Yo quise ser Tarzán, pero sabía que eso no era un oficio. Hoy a Tarzán lo habrían matado en el Congo, imagino. Allí han muerto cinco millones de personas. O se habría alejado definitivamente de los seres humanos". Pero no pertenecería a Greenpeace: "No, porque él era de la naturaleza. No podría estar en Greenpeace. Para defender a la naturaleza hay que hacerlo desde fuera".
Krahe está hoy en el disparadero de los ultracatólicos. ¿No lo recuerdan? Hazte Oír dio el aviso, el centro jurídico Tomás Moro lo demandó y un juzgado de Colmenar Viejo le ha abierto juicio oral por ofensas a los sentimientos religiosos en base al artículo 525 del Código Penal. En rigor, este proceso integrista se basa en una entrevista que concedió en diciembre de 2004 a Lo Plus, en cuyo transcurso pudieron verse imágenes de un corto elaborado por Krahe y Enrique Seseña en 1978 en el que se explica cómo hornear un cristo. "Yo no he cocinado un cristo en mi vida protesta Krahe. En la película se ve claramente que son unas manos y es una voz de mujer la que propone la receta. Juzgarme por ello es como si juzgaran por homicidio a Schwarzenegger cada que vez que mata a alguien en una película".
Paradojas y disparates
Paradójico, si la eucaristía se basa en que Jesucristo animó a sus discípulos a comer su cuerpo y a beber su sangre. "Qué disparate. ¿Imaginas en la última cena que les dijera eso y ninguno de los apóstoles le soltara que por qué tenemos que hacer esa cosa tan rara si los judíos no tienen tradición de canibalismo? Como soy absolutamente inocente de lo que me acusan estoy muy tranquilo. Es el momento de decir que confío en la Justicia. Pero no, no confío en la Justicia nada. Puede hacer cualquier disparate. Yo no he ofendido a nadie. Yo no he puesto eso en televisión, lo han puesto las televisiones. Además, ¿cómo se atreven a demandar por sentirse ofendidos cuando rezan el Padrenuestro, en el que piden a Dios que les perdone sus ofensas del mismo modo que ellos perdonan a quienes los ofenden? Es que no tienen ni pies ni cabeza esos católicos".
No es la primera vez que sus canciones le traen problemas: en 1986, TVE censuró su Cuervo ingenuo en un concierto de Joaquín Sabina porque su letra zahería al PSOE.
Publicista en España, librero durante cinco meses en Canadá hasta que lo echaron por leer, empezó a componer canciones con su hermano Jorge, que fallecería en accidente de moto. "Llevo 31 años cantando. En aquellos tiempos yo iba a bastantes conciertos y me decía: Hacer eso tiene que ser estupendo'. Salir allí, cantar, cobrar, beber y ligar, todas esas cosas. Además, sigo fumando en el escenario, al menos en los locales donde permiten fumar. Cuando ya no lo permitan, no lo haré. De hecho, no fumo en los cines", explica Krahe.
Toser y cantar
En la barra de Casa José María, en su misma Zahara de los Atunes (Cádiz) de hace 32 veranos, Javier evoca a Blake "Los caminos del exceso conducen al palacio de la sabiduría", pero lo cierto es que cada vez fuma menos porros. Y recuerda cómo ha cambiado el lugar, junto a la playa: "Entonces estaba Casa Remiro, de los hermanos Juan y Antonio Cazalla, que era un sitio estupendo, pero hoy es una próspera ferretería. Tampoco está El Patio, de Joaquín Malia, que sólo estuvo un año abierto en la época en que Sabina venía a casa y nos íbamos muchas noches allí".
En Madrid cada lunes tiene una cita en un pub para jugar al ajedrez. "Pero me siento estancado. No me da la gana tener que dedicarle más tiempo a estudiar aperturas finales", explica. Ahora ha descubierto una palabra nueva en el diccionario: "Me ha dado la abuelazón, que es ponerse un poco gagá con los nietos".
A punto está Krahe, que no para, de publicar en otoño un nuevo disco-libro en su compartido sello 18 Chulos. "Se titulará Toser y cantar porque es lo que hago en el escenario", dice.
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