Víctor Jara y mi vida sexual
El día en que me fue imposible no vivir, Dios Nuestro Señor —o aquel que estuviera de guardia— me privó del talento para cantar pero a cambio me dio la capacidad de poder ser consciente de mis limitaciones. El primer don me impidió ser trovador y el segundo caer en el ridículo intentando serlo.
Aun así, en mis primeros años, la inconsciencia y mi amor por la música me llevaron a aprender a tocar algún instrumento para acompañar mi tortuosa voz.
Enseguida descubrí que esto de la música abría puertas que en aquella época permanecían muy cerradas. Serrat ha dicho en múltiples ocasiones que él se metió en esto de la música “para poder tocar el culo a las niñas” —quizás por eso hay más trovadores que trovadoras— y yo, machito como todos, intenté sacar provecho de la situación y, créanme, funciona.
En el top one de las canciones más eficaces siempre se situó “Cuando voy al trabajo” de Víctor Jara. Cuando agarraba la guitarra y miraba a las niñas directamente a los ojos con cara de cordero degollado entonando aquello de “Pienso en tiiiii, mi vida, pienso en ti-i-iiiii” caían con más facilidad de lo que la férrea moral nacionalcatolicista del régimen de Franco permitía y toleraba.
Confieso que siempre tuve un cierto remordimiento de conciencia. En esos años de lucha, de fanatismo, de ortodoxia, de creer que un mundo mejor era posible, la idea de que Víctor Jara había dado su vida para solucionar mi vida sexual me parecía cuanto menos inmoral. De mayor y ya con los ánimos calmos comprendí que, a esa edad, la entrepierna tiene razones que la razón ignora.
Y comprendí también que si Víctor lo supiera estaría orgulloso al ver que sus canciones le sirven al amor más allá de la muerte.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
El 22 de julio, más de una docena de artistas se reunirán en Barcelona para rendir tributo a Dioptria, la obra más emblemática de Pau Riba y una de las más referenciales para la Nova Canço. Con la implicación de sus hijos; De Mortimers, la banda que lo acompaño los últimos 20; y nombres como Maria del Mar Bonet, Roger Mas, Pascal Comelade, Oriol Tramvia o Rita Payés; el concierto se plantea como una celebración única de su legado.
La cantante brasileña Vanessa de María regresa a la escena musical tras una pausa de 15 años con el proyecto Maestros, un disco dividido en dos volúmenes en el que rinde homenaje a las voces que marcaron su infancia y formación. El álbum cuenta con colaboraciones de artistas fundamentales de la canción latinoamericana como Silvio Rodríguez, Víctor Heredia, León Gieco, Teresa Parodi o Quilapayún.
El trovador cubano Silvio Rodríguez dará inicio a su próxima gira latinoamericana con una presentación pública y gratuita en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 19 de septiembre a las 19:00. El histórico enclave volverá a convertirse en escenario de la Nueva Trova, en un evento que marcará el punto de partida de una serie de conciertos por cinco países de América del Sur.
El grupo chileno Estravagarios, heredero directo del legado musical de Quilapayún, lanza en formato físico (Digipack) el álbum Aquí estamos, esta vez bajo el título Estravagarios; Nous voici, 60 ans de ré-évolutions, una edición francesa que conmemora seis décadas de historia artística ininterrumpida.