Gira «500 noches para una crisis»
Sabina supera su «crisis» en Barcelona
Ni el "miedo escénico", ni la agencia tributaria, ni las malas compañías —músicos y poetas—; amargaron la vida a un espléndido Sabina que triunfó ante 15.000 personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona en la primera de sus dos noches en la capital catalana. Eso sí, con canciones de más de 15 años.
Ni el "miedo escénico", ni la agencia tributaria, ni las malas compañías —músicos y poetas—; amargaron la vida a un espléndido Sabina que triunfó ante 15.000 personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona en la primera de sus dos noches en la capital catalana. Eso sí, con canciones de más de 15 años.
Joaquín Sabina en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
© EFE
Joaquín Sabina y Mara Barros.
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Joaquín Sabina dejó ayer bien claro en el primero de los dos conciertos previstos en Barcelona en el final de la gira 500 noches para una crisis; que si bien no ha dejado lejos su "crisis" creativa —todas las canciones de ayer, menos una libérrima versión de Ain't it me, babe de Bob Dylan adaptada con el título de Ése no soy yo, tienen al menos 15 años de vida—; su crisis interpretativa — si la hubo—, quedó bien lejos.
Pasaban quince minutos de la hora prevista cuando, tras una introducción sonora con Lily Marlene, apareció la banda de seis músicos —con su "guardia pretoriana" Pancho Varona, Antonio García de Diego y Jaime Asúa al frente—, y luego Sabina, con traje verde oliva y bombín.
Ahora que... fue el primer tema de la noche, con Sabina haciendo un guiño a su situación actual —"ahora que me despido, pero me quedo", dice la letra—, para empuñar la guitarra en el siguiente, la canción que da nombre a su célebre disco 19 días y 500 noches.
La tercera pieza, Barbi Superstar, en la que intercaló fragmentos de Mueve tus caderas de Burning y Cocaine de J. J. Cale, sirvió de preludio a sus primeras palabras: "En algún momento de la semana pasada pensamos que no llegaba a Barcelona. Por suerte, llegamos y nuestra intención es devolverles tanta onda impresionante como nos han mandado los amigos… y los enemigos —que también han colaborado en esta magnífica campaña de márketing— y tantos desconocidos anónimos. Benditos sean".
"Abandoné la compañía de los músicos, mucha droga, y me fui con los poetas, borrachos", apuntó Sabina entre aplausos, para proseguir con Una canción para la Magdalena. Tras A mis cuarenta y diez y Donde habita el olvido, Sabina tuvo unas palabras para Quico Pi de la Serra —presente en el concierto— al que definió como "uno de mis maestros, con el que aprendí un poquito de blues y de catalán" y calificó como "grande de los grandes".
La libérrima versión de It ain me, babe de Bob Dylan adaptada con el título de Ése no soy yo sirvió para introducir su explicación del paso del folk de La Mandrágora al rock para parecerse a Alarma, y su guitarrista, Jaime Asúa, integrante de la banda de Sabina quien cantó en solitario El caso de la rubia platino.
Un Sabina confiado, seguro y al alza —al menos en apariencia— siguió con Cerrado por derribo, Pero qué hermosas eran y De purísima y oro —guitarra portuguesa incluida a cargo de Antonio García de Diego—, para recuperar el ritmo y volver a levantar al público con Más de cien mentiras para terminar el concierto "oficial" con las rancheras Noches de boda y Y nos dieron las diez, que pusieron el Sant Jordi en pie.
La generosa tanda de bises se inició con el protagonismo de Pancho Varona en Conductores suicidas y la de Mara Barros —corista de lujo de Sabina— con La canción de las noches perdidas.
Mara Barros siguió con la copla de Quintero, León y Quiroga Y sin embargo te quiero que Sabina enlazó con su Y sin embargo, para terminar con una rockera Princesa su primer bloque de bises.
Antonio García de Diego inició la segunda tanda de bises con una extraordinaria versión acústica de Tan joven y tan viejo que Sabina remató para seguir con Contigo.
La gran sorpresa de la noche se produjo cuando Sabina presentó "a su maestro, luego primo y ahora hermano" que, evidentemente, no es otro que Joan Manuel Serrat con quien interpretaron a dúo Paraules d'amor y Pastillas para no soñar —con Serrat tocando el bombo y Sabina los platillos— en una apoteosis final que finalizó, tras más de dos horas y veinte minutos de concierto con un fragmento de La canción de los (buenos) borrachos.
Seguramente uno de los grandes conciertos de Sabina que aparca —esperemos que definitivamente— la crisis.
Listado de temas
4 Una canción para la Magdalena
7 Ése no soy yo (It ain't me, babe)
8 El caso de la rubia platino (canta Jaime Asúa)
15 Conductores suicidas (canta Pancho Varona)
16 La canción de las noches perdidas (canta Mara Barros)
17 Y sin embargo te quiero (canta Mara Barros)
19 Princesa
20 Tan joven y tan viejo (canta Antonio Garcia de Diego)
21 Contigo
22 Paraules d'amor (con Joan Manuel Serrat)
23 Pastillas para no soñar (con Joan Manuel Serrat)
24 La canción de los (buenos) borrachos (con todos)
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